Productividad cafetera: ¿rendimiento, ingresos o sostenibilidad?
La productividad es sin ninguna duda uno de los temas primordiales en la industria cafetera. En el ámbito agrícola, es uno de los indicadores que permite analizar y evaluar el funcionamiento de un sistema de producción determinado, como los que se establecen para el cultivo de café. Sin importar si es un productor pequeño o un sistema de mayor escala, debe ofrecer rentabilidad y sostenibilidad.
De acuerdo a diversos fenómenos y variables que inciden de una u otra forma en la producción cafetera, así como a las tendencias agronómicas de cada país o a los objetivos particulares de cada caficultor, se ha desarrollado tradicionalmente un debate entre el rendimiento por hectárea y el ingreso por hectárea. Estas han sido las principales herramientas de medición de la productividad de un cultivo de café; sin embargo, al analizar las características de la caficultura y sus sistemas de producción, se hace evidente que el asunto es más complejo.
Para comprender cómo se debe analizar la productividad de los sistemas cafeteros y entender las variables que configuran sus particularidades, hablé con Nubia García, directora ejecutiva de Cingtagro y su Centro de Innovación y Productividad Agrario (Cipa), y con Ariel Romero, ingeniero agrónomo y magíster en desarrollo sostenible con una amplia experiencia en extensión rural y sistemas de producción. Continúa leyendo y conoce sus opiniones.
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Limitaciones de las mediciones tradicionales de productividad
El rendimiento por hectárea, entendido como la cantidad de café producido dentro de una hectárea de cultivo, ha sido tradicionalmente uno de los indicadores más utilizados en la caficultura para medir y analizar la productividad y el éxito.
A pesar de eso, esta medición debe ser analizada dentro de la complejidad de la producción cafetera. Como reconocen Nubia y Ariel, el índice de rendimiento es solo una herramienta que debe ser estudiada en relación con otras variables.
La idea tradicional de que a mayores rendimientos será mayor la rentabilidad ha sido el eje de la mayoría de las prácticas agronómicas desarrolladas para el cultivo del café en Latinoamérica. Incluso, se convirtió en el argumento central de programas y políticas estatales en países productores. De esta forma, se consolidó la idea en los caficultores de que para obtener mayores ingresos se debe producir mayor cantidad de café. De esta forma, se dejan de lado otras variables que impactan en el sistema de producción y que transforman radicalmente los análisis de productividad.
El planteamiento “producir más para ganar más” se ha establecido como un paradigma dentro del modelo cafetero en muchos países productores, reconoce Nubia. “Infortunadamente, se ha limitado a un planteamiento agronómico sin ningún enfoque en la agregación de valor o sofistificación del negocio. El enfoque de la innovación en la producción agrícola plantea una relación más eficiente de los factores de producción para mejorar la captura de valor”.
Considerar otras variables
Al tener en cuenta las particularidades de los sistemas de producción agrícola contemporáneos, la relación entre rendimiento y rentabilidad deja de ser directamente proporcional. Es una herramienta limitada para explicar el desarrollo de la producción cafetera durante los últimos años. Dejando de lado una visión puramente agronómica, ha empezado a buscar objetivos más complejos y amplios, como implementar sistemas de producción sostenibles a largo plazo.
“El rendimiento visto de forma aislada no permite entender el funcionamiento de un sistema productivo”, sostiene Ariel. Un índice de rendimiento mayor no necesariamente se traduce en mayores ingresos. Ese mayor rendimiento puede estar relacionado con costos de producción más elevados o estar asociado a variables que no están bajo el control del productor. Por ejemplo, factores climáticos o caídas en el precio del café que no van a permitir la transformación de rendimiento en rentabilidad.
En esa adaptación de los modelos de producción cafetera se plantea una mirada más profunda en el análisis de los factores que impactan en la productividad. Así, se deja de lado el debate tradicional entre rendimiento y rentabilidad para analizar otros ámbitos más allá de los agronómicos. Por ejemplo, los socioeconómicos, que influyen en los sistemas de producción y que pueden permitirle a un caficultor capturar mayor valor.

El conocimiento como variable de productividad
Plantear como objetivo la sostenibilidad ha permitido que los caficultores superen esa idea, no siempre verdadera, de que a mayor rendimiento más ingresos.
El proceso de transformación del modelo es complejo porque se ha hecho evidente que uno de los principales obstáculos es el acceso de los productores a conocimiento e información. Esto, por el arraigo y la reproducción de ideas establecidas o por el interés de otros actores de la cadena productiva, sostiene Nubia.
Aquí, aparece una idea en la que coinciden muchos expertos: la necesidad de que los caficultores, pequeños o grandes, establezcan sus sistemas productivos como empresas. Así, pueden obtener toda la información sobre sus variables de producción e implementar herramientas que les permitan hacer un uso eficiente de los recursos disponibles, y en el mediano y largo plazo, desarrollar sistemas sostenibles y rentables.
“Al tener información sobre los factores de producción controlables, los productores logran ajustar sus objetivos y manejar de forma más eficiente su finca”, afirma Ariel. Por su parte, Nubia dice que “capacitar a las familias cafeteras con herramientas como el establecimiento de mejores sistemas de selección y muestreo ha impactado y mejorado los ingresos de sus fincas cafeteras. Sin intervenir el rendimiento del sistema de producción aprenden a agregarle valor a su cosecha”.
Dentro de ese conocimiento e información, Ariel reconoce la importancia de implementar y desarrollar diversas prácticas agronómicas que fortalezcan las capacidades de los caficultores y sus fincas.
Conocer su sistema de producción, tener la información sobre su disponibilidad de recursos, el funcionamiento de los ciclos de lluvias, la variedad del café sembrado, las características del suelo, la densidad de siembra adecuada o la preponderante herramienta de establecer ciclos de renovación cafetera, permiten a los productores definir objetivos y sumar valor a sus cosechas.

Sostenibilidad: ¿una productividad eficiente y responsable?
Las diversas fluctuaciones del mercado cafetero, generadas por variables que no pueden ser controladas por los caficultores, como las de carácter climático o las económicas, exponen las limitaciones del debate alrededor del modelo rendimiento = rentabilidad.
De un año a otro, las condiciones del mercado pueden cambiar radicalmente. Dos cosechas con rendimientos similares pueden tener diferencias sustanciales al ser traducidas en ingresos para el productor.
“Una de las herramientas con las que más hemos llamado la atención y el interés de los jóvenes dentro de las familias cafeteras ha sido explicarles de forma clara el negocio del café”, sostiene Nubia. “Para los jóvenes la caficultura no es una alternativa porque ven a sus familias pobres a pesar de todo el trabajo alrededor de una cosecha. Cuando les explicas cómo el negocio del café mueve anualmente miles de millones de dólares, se dan cuenta de que es posible otra realidad”, afirma.
Además, con el desarrollo de los cafés de especialidad, un mercado en el que precisamente uno de sus logros más preponderantes ha sido reconocer y convertir en valor agregado muchas de las prácticas agronómicas que hacen particular cada sistema de producción cafetera, se ha logrado fijar la mirada en el desarrollo de modelos de producción agrícolas que trascienden ese objetivo de producir más para obtener más.
Una transición hacia el futuro
Apuntarle a la sostenibilidad resulta ser una de las mejores alternativas para darle respuestas positivas a las discusiones sobre la productividad cafetera. Ariel reconoce que el establecimiento de sistemas de producción planificados que le permitan a los productores encontrar puntos de equilibrio es una de las alternativas para transformar el modelo tradicional.
Al analizar los impactos de proyectos de formación y capacitación de productores cafeteros, como el desarrollado por Nubia García a través del Cipa, se evidencia que es posible la transformación del modelo cafetero hacia sistema de producción sostenibles en los que los caficultores vuelvan a ser el centro de atención de la cadena productiva.

Aunque por años se han tenido en cuenta los mismos factores para calcular la productividad cafetera, poco a poco se empieza a visibilizar la necesidad de incluir otras variables en la ecuación. Limitar el éxito o fracaso de una cosecha por el rendimiento o los ingresos recibidos no deja ver lo que hay detrás de ese resultado.
Por eso, como explican Nubia y Ariel, es necesario replantear el análisis del modelo de producción cafetera tradicional. A su vez, es clave adaptarlo a las nuevas realidades que enfrenta la industria. En ese sentido, la productividad pasa a ser solo un punto de referencia que se suma a otros factores de igual relevancia.
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Créditos de las fotos: Nubia García.
PDG Español
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