La brecha generacional en la producción de café en Tanzania
Aunque el café se introdujo por primera vez en Tanzania en el siglo XVI, procedente de la cercana isla Reunión (también llamada antiguamente Borbón), el país tardó unos 200 años en empezar a cultivarlo a escala comercial.
Desde entonces, el café ha sido uno de los principales cultivos comerciales en Tanzania; sin embargo, numerosos y complejos problemas, como el cambio climático, las enfermedades y una pobreza creciente, han provocado un descenso significativo de los volúmenes de producción.
Además, los bajos precios del café han obligado a muchos agricultores a arrancar sus cafetales y sustituirlos por cultivos comerciales más rentables. En paralelo, hay familias y agricultores que deciden abandonar la producción de café y emigrar a las zonas urbanas en busca de un trabajo más rentable.
Nos preguntamos, entonces, ¿hay alguna forma de que los productores de café de Tanzania salven la brecha generacional y animen a los más jóvenes a dedicarse al cultivo del café?
Hablé con dos expertos locales para saber más sobre la brecha generacional y qué se puede hacer para resolverla. Sigue leyendo para conocer lo que me dijeron.
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Breve resumen sobre la producción de café en Tanzania
Actualmente, Tanzania es el cuarto productor de café en África; no obstante, la industria cafetera del país ha sufrido un descenso constante en su rendimiento desde la década de 1990, sin contar con un leve repunte de la producción a mediados de la década de los 2000.
Aunque han surgido varios intentos de aumentar la producción en los últimos años, los volúmenes se han mantenido relativamente bajos. Según la Organización Internacional del Café, el país produjo 900 000 sacos de 60 kg en 2020.
Esto es, en gran medida, el resultado de una serie de problemas de fondo a los que se enfrentaron los agricultores tanzanos desde la década de 1990, entre los que se encuentra la aparición de la enfermedad de la marchitez del café en 1997. La mejora de la calidad es algo con lo que también han lidiado algunos agricultores y eso ha contribuido aún más a los bajos precios de venta, una de las razones por las que muchos de ellos siguen trabajando y viviendo en la pobreza rural.
A pesar de estos obstáculos, el café sigue siendo el mayor cultivo de exportación del país. Es una de las principales exportaciones de Tanzania, solo superada por el turismo y la minería.
Se calcula que más de 320 000 hogares, con una media de 0,5 a 1 hectáreas de tierra de cultivo de café cada uno, son responsables de hasta el 95 % de la producción de café del país.

¿Qué tan grande es la brecha generacional en la producción de café?
Además de la pobreza, los bajos precios del café y la enfermedad de la marchitez del café, uno de los mayores retos a los que se enfrenta el café tanzano es el aumento de la edad de los productores. Actualmente, la edad media de un productor de café en Tanzania ronda los 55 años.
Teniendo en cuenta el nivel de trabajo manual necesario para conseguir una producción rentable, se trata de un problema grave para el país, al igual que para otros orígenes de África oriental, como Ruanda y Kenia.
Erica Brenda es compradora de café verde y tostadora de Asili Premium Coffee en Tanzania. También, tiene experiencia en la producción de café porque creció cerca de los cafetales de la región del Kilimanjaro.
Erica afirma que la propiedad de la tierra es una de las principales razones que explican la marcada brecha generacional en la producción de café en Tanzania.
“El cultivo del café fue la principal fuente de ingresos de nuestros abuelos durante mucho tiempo”, explica. “La mayoría de las tierras no son propiedad de los más jóvenes sino de sus padres y abuelos”.
Ella cuenta que es muy raro encontrar jóvenes tanzanos que posean cafetales, uno de los principales factores que desde el inicio los desanima a trabajar en ellos.
Bahati Mlwilo es una agrónoma que trabaja con Starbucks y opera desde Tanzania. Según explica, solo se pueden encontrar unos pocos productores jóvenes en las regiones del sur del país. “En general, la mayoría de los caficultores son mayores”, dice. “Los jóvenes, normalmente, no desean que los asocien con el cultivo de café”.
La cultura tradicional tanzana suele dictar que ciertos negocios, como las fincas de café, sean propiedad del padre de familia. Aunque el resto de la familia puede trabajar en la finca, el patriarca es el dueño del café, de la finca y de todos los ingresos.
Además, en las fincas propiedad de los padres, los hijos no suelen participar en la toma de decisiones, lo que los disuade aún más de trabajar en la producción de café.
Bahati explica que la situación es aún más difícil para las mujeres y las niñas en Tanzania.
Por lo general, solo los miembros masculinos de la familia heredan la finca de su padre; sin embargo, las mujeres tienen la posibilidad de heredar la tierra de su marido.
Bahati añade que aunque la desigualdad de género en la producción de café es un tema complejo, heredar la tierra del marido es una forma de salvar la brecha generacional en Tanzania.

La perspectiva de los jóvenes en Tanzania
Algunos creen que una de las razones por las que los jóvenes de Tanzania muestran poco interés en la producción de café es por la asociación del sector con el colonialismo.
Cuando el café se empezó a cultivar a nivel comercial en Tanzania, diferentes zonas del país estaban bajo el dominio colonial alemán o británico. En aquella época, la mayor parte de la riqueza de las potencias coloniales se generaba a partir del trabajo de los esclavos, incluida la producción de café.
Desde que el país se independizó en 1961, las generaciones más jóvenes han estado emigrando desde los espacios rurales a las grandes ciudades. Esto se debe, en gran medida, a que creen que hay mejores oportunidades en las zonas urbanas, como ocurre en muchos otros países del mundo.
Por eso, Bahati cree que no se están publicitando ni promocionando las oportunidades que hay para los jóvenes en el sector cafetero del país.
“Muchas de las generaciones más jóvenes no son conscientes de las oportunidades disponibles”, dice. “No hay modelos a los que admirar y los jóvenes solo cuentan con el ejemplo de sus familiares mayores”.
Naturalmente, los bajos precios del café también disuaden a los más jóvenes de dedicarse a la producción de café, como explica Erica.
“Los jóvenes no están dispuestos a esperar mucho tiempo por cantidades minúsculas de dinero”, dice. “En consecuencia, prefieren trabajar en sectores más rentables”.
Ella añade que incluso cuando los jóvenes muestran interés en convertirse en productores de café, los costos iniciales pueden resultar demasiado elevados y la educación llega a ser inaccesible.
Además, Bahati explica que la burocracia supone más barreras que nunca para los jóvenes que quieren trabajar en el sector del café. “Hay mucho papeleo y enormes retrasos en el proceso de registro de las empresas cafeteras”, aclara.

¿Cuáles son las soluciones?
Erica dice que las sociedades cooperativas de comercialización agrícola (AMCOS, por sus siglas en inglés) pueden desempeñar un importante papel en la resolución de la brecha generacional en la producción de café de Tanzania. Cree que enseñar a la siguiente generación los beneficios y la importancia de la producción de café es un buen punto de partida.
A pesar de esto, hay muy pocos jóvenes representados en la mayoría de estas sociedades, sobre todo en puestos de liderazgo. Algunos incluso quedan excluidos en su reglamento debido a las leyes relativas a la propiedad de las fincas.
En 2018, las nuevas regulaciones obligaron a muchos productores a realizar cambios rápidos y drásticos en sus operaciones agrícolas. Según el comerciante de café verde Atlas Coffee, estos cambios estipularon que las cerezas solo pueden comercializarse a través de las AMCOS.
Antes de estos cambios, los productores vendían las cerezas del cafeto en las subastas de Moshi, la capital de la región del Kilimanjaro, pero ahora hay subastas en cuatro zonas diferentes creadas para simplificar el comercio. Algunos agricultores han quedado en peor situación económica que antes.
“Las cooperativas deben encontrar la forma de estabilizar los precios del café”, explica Erica. “Se puede enseñar a los jóvenes sobre el café pero si ven que no es una industria rentable, se desanimarán”.
En la actualidad, International Coffee Partners está apoyando a más AMCOS para animar e involucrar a las mujeres y a los jóvenes en el sector cafetero de Tanzania. Los cambios son ya patentes; algunas sociedades cooperativas están ahora dirigidas por mujeres y los estereotipos de género están empezando a cambiar.
Los programas educativos para los jóvenes también son esenciales para salvar la brecha generacional, explica Bahati.
“Los niños de las familias productoras de café necesitan recibir educación porque el porcentaje de los que han recibido algún nivel de educación es bajo”, dice.
Estamos viendo que cada vez más actores de la cadena de suministro se involucran en el apoyo a los jóvenes en la producción de café.
Hans R. Neumann Stifung, una organización sin ánimo de lucro, ofrece formación a jóvenes entre 15 y 35 años. Los participantes en el programa reciben formación sobre agricultura climáticamente inteligente, gestión de plagas y buenas prácticas de recolección y procesamiento.
Otro ejemplo es el del comerciante de café tanzano Ibero, que recientemente ha puesto en marcha un “Club del Café”. En él se imparten clases en escuelas secundarias situadas cerca de algunas organizaciones de AMCOS en las que se enseña a grupos de unos 50 alumnos a gestionar los plantones.
Erica cree que, en última instancia, es responsabilidad del gobierno animar a los jóvenes a trabajar en el sector del café. Una de las iniciativas actuales permite a las personas entre 15 y 35 años solicitar préstamos del gobierno a bajo interés para que puedan establecer su propio negocio; no obstante, tanto Erica como Bahati creen que el gobierno tanzano está demasiado centrado en los grandes actores del sector cafetero.
“El gobierno tiene que apoyar y motivar a los pequeños empresarios, al menos hasta que sus negocios estén más consolidados”, afirma Bahati.

Mirando al futuro
Aunque la brecha generacional es una gran preocupación para el sector cafetero de Tanzania, Erica cree que más jóvenes seguirán heredando las fincas de sus padres, lo que es un comienzo.
“Hay casos en los que más jóvenes formados aumentan su implicación en la producción de café”, afirma.
Bahati añade que gestiona un laboratorio de control de calidad que trabaja con los jóvenes para enseñarles las oportunidades del sector del café, además de proporcionarles los conocimientos necesarios para convertirse en caficultores profesionales.
En el laboratorio, dice, los gerentes de las cooperativas, los trabajadores de las estaciones de lavado y otros trabajadores agrícolas pueden participar en las sesiones de formación profesional. El objetivo de estas iniciativas es ayudar a racionalizar las operaciones en la producción de café de Tanzania y animar a más organizaciones de AMCOS a adoptar prácticas modernas y a aumentar la calidad del café.
En última instancia, en muchos casos, los hijos de los caficultores son buenos candidatos para tener un futuro exitoso en la producción de café. De hecho, algunos profesionales del café del país instan a los padres a que formen a sus hijos en técnicas de cultivo de café de alta calidad.

Ahora que varias instituciones y actores de la cadena de suministro se han dado cuenta de la relevancia del problema de la brecha generacional en el café tanzano, hay esperanzas de que se aborde el problema. En teoría, esto podría revitalizar la producción de café y ayudar al país a aumentar su producción; sin embargo, en la actualidad, las iniciativas siguen siendo pocas y aisladas, lo que significa que no están al alcance de quienes las necesitan.
Bahati concluye diciendo que si el gobierno ayudara a los jóvenes a adquirir más tierras para el cultivo del café, el sector cafetero del país podría tener un futuro más seguro.
“Así podremos dar prioridad a los productores más jóvenes”, concluye. “A menos que haya un cambio, el sector cafetero del país podría dejar de existir”.
¿Disfrutaste este artículo? Entonces lee sobre las causas de la brecha generacional en la caficultura de Kenia
Traducido por Almudena Torrecilla Aznar. Traducción editada por Alejandra Soto.
PDG Español
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