¿Qué está pasando con la sucesión de tierras en la producción de café en Kenia?
Kenia es el quinto país productor de café más grande de África y es reconocido por su Arábica de alta calidad. Esto, gracias a las elevadas altitudes del país, a sus suelos ricos y al trabajo duro de unos 800 000 caficultores kenianos.
Por otra parte, el país enfrenta varios problemas, incluyendo una población de productores de café en proceso de envejecimiento, lo que está causando una brecha generacional. De forma progresiva, las generaciones más jóvenes están perdiendo el interés por la producción de café.
Además de una población que envejece, la sucesión de tierras genera preocupación para la futura producción de café keniano. Para saber más del tema, hablé con tres caficultores kenianos. Sigue leyendo para descubrir lo que me dijeron.
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Sucesión de la tierra en la producción de café keniano
Mientras que, ciertamente, han habido esfuerzos crecientes de parte de varios interesados en la cadena de suministro del café keniano para alentar a las generaciones más jóvenes a trabajar en la producción de café, todavía permanece una división generacional.
Se estima que más del 50 % de los productores kenianos de café son de 60 años o más, con un cálculo de hombres de alrededor del 83 % del total de caficultores en el país. Naturalmente, esto significa que los productores más viejos rápidamente llegarán a un punto en el que no puedan manejar las plantaciones de café por sí solos. Eso genera varios problemas, incluyendo una baja en la producción y en la calidad del café.
También, existe algo de indecisión de parte de los productores sobre heredar la tierra y las plantaciones de café a sus hijos. En gran parte, porque creen que la gente más joven preferirá vender las plantaciones en lugar de darse a la tarea de mejorarlas.
Esto se agrava, además, por la sucesión del patrimonio. Cuando se comparte con la familia una plantación de café, propiedad de un solo productor, con frecuencia los familiares tienen diferencias de opinión sobre qué hacer con ella.
Algunos pueden querer venderla y otros pueden tener el deseo de ser productores. En muchos casos, la tierra termina dividiéndose en parcelas más pequeñas que son vendidas de forma individual o utilizadas para el cultivo; sin embargo, en algunos casos, la tierra no tiene un área suficiente para la producción económicamente viable de café.
En consecuencia, esto significa que cuando fallece el productor principal, los familiares más jóvenes se ven forzados a vender la plantación, independientemente de su interés en la producción cafetalera. Muchos de ellos sienten la inclinación de migrar de las áreas rurales a las ciudades, principalmente, porque creen que hay oportunidades económicas y educativas más viables para ellos en las áreas urbanas.
Es importante considerar que, a veces, muchos kenianos de áreas rurales planean regresar a su hogar en el largo plazo. En una encuesta de Research Triangle Institute, una organización sin fines de lucro, el 76 % de los hombres jóvenes kenianos dijeron que tenían planes de volver a sus áreas rurales de origen.
Esto puede motivar a algunos de los productores de café más viejos a confiar su tierra a las generaciones jóvenes pero no es, en absoluto, una garantía de que la producción de café prosperará en el futuro.
En estos casos, los propietarios pueden educar a la gente más joven sobre las mejores prácticas de cultivo y cosecha para que las plantaciones puedan permanecer en operación durante los años futuros.

¿Qué pasa con las plantaciones de café cuando se vende la tierra?
Los problemas sobre la sucesión de tierras son los más predominantes en los condados alrededor de la capital del país, Nairobi. Por ejemplo, el condado noroeste de Kiambu fue en el pasado una de las mayores regiones productoras de café en Kenia hasta que la región experimentó un periodo de intenso desarrollo y urbanización hace algunos años.
Esto es, en gran medida, resultado de la demanda creciente de vivienda y alojamiento en Nairobi, lo que ha generado que todas las plantaciones de café sean abandonadas o vendidas.
Algunas de estas plantaciones fueron vendidas por gente más joven que las heredó de sus padres porque invertir en la producción de café es visto como menos viable, económicamente hablando, que vender la plantación en su totalidad.
En los casos en que la tierra se divide entre varios hermanos o familiares, puede ser difícil llegar a una decisión unánime sobre qué hacer con la tierra, particularmente en cuanto a la producción de café.
Como ejemplo, si cinco beneficiarios heredan la tierra, es improbable que todos ellos quieran usar la tierra de la misma manera o que estén de acuerdo en vender las parcelas de tierra de forma igualitaria.
Esto significa que algunas partes de la tierra dividida pueden ser vendidas y desarrolladas de una manera que afecte negativamente la producción de café, así como empobrecer la fertilidad de la tierra. Al final, esto dificulta que cualquier plantación de café sea económicamente viable o sostenible, incluso si algunos de los beneficiarios tienen la voluntad de invertir en ella.
Además, a menos de que el propietario original de la tierra deje instrucciones claras de lo que deben hacer con los árboles de café, hay falta de experiencia en la familia para justificar conservarlos.
Por lo tanto, una vez que se vende la plantación, la tierra es dividida entre un número de diferentes desarrolladores que ofrecen una buena cantidad de dinero que puede ser atractiva para mucha gente joven.
Paul Kariuki es un productor de café en un área de Kenia donde la producción de café está disminuyendo. “Después de que se vende una plantación, lo primero que ocurre es la división de la tierra”, explica. “Algunas veces, esto puede resultar en fuertes tensiones y, en otros casos, en violencia entre las partes que están comprando la tierra]”.
Agrega que incluso cuando no existe ningún conflicto, dividir la tierra requiere más infraestructura, lo que a su vez puede afectar la fertilidad.
“Finalmente, el incremento en desarrollo implica que la tierra no puede ser utilizada para ninguna producción de café significativa”, agrega.
Naturalmente, el desarrollo urbano genera que los árboles de café sean, por tanto, desarraigados y desechados para dar lugar a construcciones y otro tipo de infraestructuras.
Francis dice que algunas veces las generaciones más jóvenes no entienden el daño causado al desarraigar los árboles de café, tanto para su propia economía como para la industria del café en general.
“Es mejor arrendar la tierra que venderla completamente. De otra forma, nunca ganarás más dinero sobre la tierra”, comenta él. “Los productores de café deberían aconsejar a sus hijos sobre el manejo adecuado de la tierra y reafirmar que beneficiará también a futuras generaciones”.

¿Cuáles son las percepciones de la producción de café?
Francis Wambugu es un pequeño productor de café en Kenia. Él cuenta que sus hijos podrán heredar su plantación cuando él se retire de la producción de café, algo que él desea que suceda.
“La producción de café ha sido una parte significativa de mi vida, por lo tanto, sería desafortunado ver que mis árboles sean desarraigados por otros cultivos”, dice. “Creo que los conceptos erróneos más amplios sobre la producción de café se generan [porque la gente joven abandona las plantaciones]”.
“La mayoría de los padres en Kenia no quieren que sus hijos trabajen en la agricultura, especialmente si son educados”, agrega.
A pesar de eso, Francis dice que, de hecho, la pandemia del COVID-19 ha impulsado, en algunos casos, un cambio de mentalidad. Ahora, más que nunca, la gente joven está regresando a las plantaciones para ayudar en la producción de café pero a muchos todavía les faltan las habilidades necesarias para desarrollar una producción de alta calidad.
“Las generaciones mayores necesitan apoyar a la gente joven con mejores prácticas de producción”, comenta Francis. “El café es un cultivo único y requiere cuidado y atención, nosotros como productores de café somos los mejores para enseñar a nuestros hijos sobre la producción”.

¿Cuáles son las soluciones?
Una población de productores que envejece y un creciente desinterés en la producción de café son las mayores preocupaciones de la industria cafetalera en Kenia, por lo tanto, ¿qué podemos hacer para resolverlo?
Paul sugiere, en primer lugar, que los productores dejen instrucciones claras sobre cómo utilizar la tierra de mejor manera.
“Las generaciones más jóvenes deberían evitar desarraigar los árboles de café”, comenta. “El café crece bien cuando se mezcla con otras plantas y no impide el crecimiento de otros cultivos de alimentos, como el maíz o las legumbres”.
“De hecho, algunos cultivos de alimentos, como las legumbres, pueden beneficiarse cuando se mezclan con café”, agrega.
Gerald Muriithi es un productor de café retirado de Kenia. Él dice que sus dos hijos heredaron su plantación de café y continuaron trabajando en ella, algo de lo que se enorgullece.
“Yo les enseñé a mis hijos desde que eran pequeños sobre los beneficios de la producción de café”, comenta. “Estoy felizmente retirado sabiendo que ellos continuarán desarrollando la producción”.
Gerald cree que las generaciones más jóvenes necesitan ser pacientes con las plantaciones de café que heredan. “Después de heredar la tierra, necesitas agregarle valor, no destruirla”, explica. “[La producción de café tiene la capacidad de proporcionar ingresos por muchos años a la gente más joven]”.
Muchos productores kenianos de café están todavía preocupados por el futuro de la producción de café en el país. Por eso, es clave mejorar el acceso a la educación para superar las diferencias en la cadena de suministro y permitir que la gente más joven entienda su valor.
Por ejemplo, mantener aproximadamente 150 árboles de café produce entre 2250 y 2500 kg de café por cosecha. Esto significa que se requiere una cantidad sustancial de tierra para que los productores puedan operar una plantación rentable, especialmente con los precios fluctuantes del café.
Como alternativa, tal como menciona Francis, las generaciones más jóvenes que hereden la tierra pueden arrendarla a otros productores. Esto les dará un ingreso a largo plazo de la tierra y, al mismo tiempo, apoyarán a la industria cafetera del país.

Para estimular que la gente joven participe en la producción de café, los interesados en la industria necesitan educar y apoyar esta transición, incluyendo las organizaciones locales, líderes comunitarios y productores experimentados.
Por último, entre más gente joven esté involucrada en la producción keniana de café, mayores serán las posibilidades de que la industria se recupere y crezca en el futuro; sin embargo, está por verse si se seguirán agravando los problemas de la sucesión de tierras y la población de productores que se retiran. Son esenciales las inversiones en capacitación y educación para ser exitosos en la producción de café.
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Traducido por Rosa Kwick. Traducción editada por Alejandra Soto.
PDG Español
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