Herramientas tecnológicas para productores: cómo aumentar su alcance
En muchas regiones productoras la caficultura todavía se realiza con procesos y herramientas tradicionales que han sido efectivas durante generaciones; sin embargo, la tecnología ha surgido para facilitar y mejorar procedimientos.
El problema es que pocos de estos avances tecnológicos se encuentran disponibles o no son útiles en la mayoría de fincas cafeteras de la región. En consecuencia, la desigualdad social se sigue incrementando y los pequeños caficultores se van quedando sin posibilidades de competir con los grandes productores.
Por eso, es tan relevante que surjan iniciativas y proyectos que se enfoquen en ofrecer soluciones y herramientas tecnológicas accesibles para que los productores puedan conectarse con los mercados, mejorar la calidad y cerrar la brecha. Para conocer más sobre algunas de ellas, hablé con Nubia García, directora general de CINGTAGRO, y con Hugo López, CEO de Innovakit. Sigue leyendo y descubre lo que me dijeron.
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Creación de herramientas tecnológicas desde el origen
Hugo López lidera una iniciativa de transformación digital orientada hacia las caficulturas de Colombia con la idea de mostrar cómo la realidad de un pequeño productor empieza a cambiar una vez se ha conectado a un mercado.
Él afirma que “si no hay cambio, no hay procesos de gestión del conocimiento y si no hay gestión del conocimiento no hay transformación y, mucho menos, transformación digital rural”.
Otro proyecto tecnológico orientado a caficultores es el de la Corporación para la Investigación, la Innovación y la Gestión Tecnológica del Agro (CINGTAGRO), una organización de bases tecnológicas nacida a partir de una convocatoria del gobierno colombiano a través de lo que hoy es el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
El proyecto que actualmente tienen vigente incluye a 800 familias caficultoras del Quindío y para desarrollarlo reclutaron a jóvenes recién egresados de áreas académicas no usualmente relacionadas con la caficultura, como biología, antropología o ingeniería geográfica y ambiental. El objetivo es establecer relaciones con los productores para compartir el conocimiento de todos: corporación, profesionales y caficultores.
Nubia García, su directora, explica que “el proyecto está básicamente formulado a partir de la generación de nuevos conocimientos para que estas familias puedan participar en mejores condiciones del negocio global del café”.

El impacto de la tecnología en la caficultura y su sostenibilidad
Sobre el impacto de la tecnología en la sostenibilidad de la caficultura, Nubia considera que es positivo; no obstante, ella comenta que tradicionalmente se ha visto al impacto como negativo. “Creo que el impacto de estas tecnologías es casi transversal en el medioambiente porque no necesariamente la tecnología es la máquina sino el conocimiento”.
“Con esa tecnología blanda podemos cambiar realidades en esos territorios y podemos hacer que las familias caigan en cuenta de lo valiosas que son y lo valioso que tienen y, por ende, conserven, protejan y sean más sostenibles. Si tienen una herramienta que les permita conocer su negocio, entenderlo y saber hacia dónde va, la sostenibilidad va a estar ahí”, afirma.
Por su parte, Hugo sostiene “que la nueva cuestión de la sostenibilidad debe incluir el tema financiero y la rentabilidad para el productor. El profit del productor debe incluir utilidades reales, que se pague sueldo, que se pague arriendo y que haga que sea un negocio, si es que queremos tener empresarios del campo en café. Si eso no pasa no existe la sostenibilidad”.

Herramientas contextualizadas
Es una constante en toda Latinoamérica que en las zonas alejadas de los cascos urbanos y ubicadas en las montañas o en la selva tengan problemas con los servicios de telefonía o de internet. Por eso, que no sea necesario conectarse a ningún servidor es una prioridad para cualquier tecnología que pretenda implementarse en el campo.
Por ejemplo, CINGTAGRO ha desarrollado un sistema para que usen las familias que forman parte de su proyecto. “No es una aplicación como tal que descargas en el celular desde una tienda de aplicaciones sino una Aplicación Web Progresiva que solo necesita una vez conectividad a internet para que la familia en adelante pueda seguir gestionando su información sin conexión”, explica Nubia.
Además, ella resalta la importancia de adaptar la tecnología al productor y a su realidad: “hemos logrado diseñar una buena herramienta, con botones grandes, con un lenguaje sencillo y que habla en el mismo idioma que ellos manejan en su predio cafetero”.
En ese sentido, “lo principal es hablar en el mismo lenguaje que la familia cafetera. Lo segundo es hacer una aplicación amable, con la que ellos se puedan relacionar fácilmente”.
Aunque en teoría se esté trabajando por mejorar los procesos de producción de los pequeños productores, muchas veces, las limitaciones y dificultades siguen siendo las mismas porque las tecnologías no tienen en cuenta la realidad que se vive en el campo.

El impacto de la tecnología en el productor
Innovakit, la iniciativa que lidera Hugo, contempla en su proyecto el uso de programación y robótica en la primera infancia: “un niño de entre ocho y trece años aprende a manejar Scratch, esa herramienta de programación básica desarrollada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, y después de eso pasa por armar un robot y empezamos a hacer un anclaje con los colegios rurales”.
“Paralelamente estamos construyendo un modelo que se llama Núcleos de innovación tecnológica, un modelo que se originó aquí para la gestión del conocimiento en fincas”. Incluso, utilizan un algoritmo de inteligencia artificial para mejorar los procesos y maximizar la calidad, de acuerdo a mediciones específicas tomadas en la finca por el productor mismo.
En esa medida, el cambio y el trabajo no pasa solo por los caficultores sino por ayudar a que los jóvenes tengan una mejor formación que los ayude a tener mayores posibilidades de desarrollo, incluso si optan por el relevo generacional tan escaso en la industria.
Por su parte, con una aplicación que contribuye a la definición del sistema productivo de las fincas, CINGTAGRO, mediante GPS, recorre los linderos y el polígono del predio para obtener la georreferencia.
“Identificamos todos los componentes de la unidad productiva, resaltando principalmente los bosques, las aguas, sus lotes de café, definiendo los pastos, definiendo unas zonas que acá llamamos matorrales, que son áreas potenciales para volverse productivas sembrando más café o cualquier otro producto que permita que los ingresos de la familia sean superiores. Entonces, esta herramienta, más que el mapa de la finca se vuelve en una herramienta de venta de café”, explica Nubia.

Aunque existen iniciativas y corporaciones como las que lideran Nubia y Hugo, que se encuentran impulsando la caficultura mediante la implementación de proyectos en una buena cantidad de las fincas cafeteras, aún el camino es largo y las oportunidades muchas.
“La caficultura siempre ha estado alejada de esos desarrollos tecnológicos pero hay una enorme oportunidad en cuanto a llevar a la realidad este tipo de aplicaciones tecnológicas porque no es llevar una aplicación por llevarla sino por hacerles entender a ellos lo valioso que es para el negocio”, afirma Nubia.
Tal vez, de esa forma, las posibilidades de cambio en la industria se puedan materializar y podamos ver un sector más sostenible, no solo medioambientalmente sino desde el ámbito social.
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Créditos de las fotos: Nubia García, Hugo López.
PDG Español
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