26 de septiembre de 2022

La precosecha del café: una etapa fundamental en el proceso productivo

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La cosecha es el inicio del camino que recorre el grano en su transformación hacia la taza; sin embargo, poco se habla de otra etapa fundamental del proceso: la precosecha. 

Muchos productores se preguntan constantemente qué pueden hacer en sus fincas para obtener mejores resultados con su café y, justamente, en las etapas iniciales de la producción se pueden tomar algunas acciones importantes. 

Para conocer más sobre esta etapa de la producción y cuáles son los puntos clave que se deben tener en cuenta, hablé con dos expertos: el ecuatoriano Tomás Bodnizá y el hondureño Miguel Briceño. Sigue leyendo para enterarte de lo que me contaron.

Lee también: ¿Qué es la cosecha vieja o pasada y cuáles son sus características?

Cafetales

¿Qué es la precosecha del café?

Por la propia naturaleza del cultivo, antes de cortar un fruto, son necesarias muchas actividades. Algunas son necesarias en sí mismas y otras están encaminadas a propiciar algún proceso, ya sea en el suelo o en la planta, con el objetivo de conseguir el máximo de calidad en el grano y en taza. 

Estas actividades en el cultivo de múltiples frutos, cereales y hortalizas se conocen como precosecha pero en la caficultura es un nombre poco común y se han agrupado, de manera general, en el concepto de manejo de cultivo.

Tomás Bodnizá, jefe de operaciones en Ecuador de Qima Coffee, explica que “la precosecha empieza en el momento en el que termina la cosecha y se hace el barrido sanitario de la finca, cuando empiezas a recoger los frutos caídos, empiezas a hacer el barrido de cerezas que se quedaron en los árboles y caídas, a sacar hojas muertas y ramas secas del árbol”. 

En ese sentido, las distintas acciones incluidas en el término precosecha son variadas, afirma Miguel Briceño, ingeniero agrónomo hondureño y productor de café de tercera generación. “La primera labor después de la cosecha es un control que tiene que ver con el manejo integrado de plagas”. 

Esto incluye prácticas encaminadas a prevenir o combatir algunos insectos que atacan el grano, que van desde recoger los granos caídos y retirar aquellos que se quedaron en alguna rama, agregar trampas y hasta liberar hongos o avispas para eliminar las plagas. Aunque la broca es la que más daño hace a los cafetales, no es la única.

Posteriormente, “vendría una poda o manejo de tejidos, como se le conoce en algunos lugares”, dice Miguel. El objetivo es renovar las ramas sin brotes tiernos y eliminar las viejas o secas. 

Estos cortes, que pueden ser de varios tipos, estimulan el crecimiento de nuevas ramas, tallos, flores y frutos, con el consecuente aumento de la producción y de la calidad del grano. Este trabajo incluye la regulación de la luz y su distribución, así como la circulación del aire alrededor de la planta. Por eso, se enlaza y puede llegar a hacerse en paralelo al manejo de sombra, ya sea temporal o permanente.

Planta de café con flores

¿Cuánto dura la precosecha?

La precosecha es la etapa más larga de la producción. “Yo me atrevo, personalmente, a decir que debe ser más de 75 u 80 % del trabajo de la finca porque durante los tres meses de cosecha estás enfocado plenamente en ella pero ya mientras estás en la poscosecha, ya en la última etapa, debes empezar con el barrido fitosanitario de la finca”, afirma Tomás. 

En consecuencia, el tiempo dedicado a evitar plagas, malnutrición, preparar el suelo o preparar la planta, etc. puede tomar, aproximadamente, diez meses. 

Asimismo, él explica que en la intensidad de actividades es donde varía más la precosecha de un lugar a otro. Por ejemplo, en Ecuador la maleza es un problema al que se le debe dedicar mucho tiempo y de manera sostenida para mantenerla a raya y que no compita por los nutrientes necesarios para el café.

“En el periodo del verano, cuando ha pasado la cosecha, se aprovecha para hacer encalado pero previo a esto, a veces, hay que hacer un análisis de suelo. Si el productor cuenta con esa información puede saber si su suelo tiene un pH ácido, por ejemplo. Eso va a interferir en la asimilación de ciertos nutrientes que están en el suelo y la raíz no los puede tomar porque la acidez hace una barrera”, dice Miguel. 

En ese sentido, el encalado es fundamental porque optimiza la absorción del fertilizante. Teniendo en cuenta que la fertilización representa el 35 % de los costos totales de producción, toma una gran relevancia invertir tiempo y trabajo en estas acciones. Esto muestra, en parte, por qué la precosecha resulta clave para los caficultores. 

Cerezas de café en maduración

Las buenas y las malas prácticas impactan en la producción de café

“Si midieras la calidad, no en términos de la calidad organoléptica del café, es decir, del puntaje en cata, sino frente a la calidad física del grano verde, tiene que ver con la selección del varietal adecuado, del suelo, del clima, de que la semilla haya sido buena, de que la raíz sea buena”, señala Tomás. 

Por ejemplo, él cuenta que en Ecuador hay productores que están en zonas muy interesantes y que superan los cuarenta quintales por hectárea pero, en contraste, hay otras zonas en las que el suelo es muy bueno pero el manejo de finca no ha sido bajo buenas práctica y, en secuencia, producen diez u ocho quintales por hectárea. Esto evidencia cómo las acciones de precosecha, bien o mal realizadas, impactarán en el resultado final.

Miguel, por su parte, explica: “desde el punto de vista cronológico, estas labores de precosecha son el punto de partida. Si desde ahí algo va mal, es difícil que pueda llegar bien el café. Es el primer punto, la primera línea, donde se van direccionando esas labores a la calidad y a la productividad. Hay cosas que si no se hicieron ahí ya no se pueden arreglar, que dependen en sí del productor exclusivamente”. 

Cultivo de café

Los costos asociados a la precosecha

Antes de cosechar es necesario tener plantas crecidas, bien nutridas, fértiles y en un ambiente con condiciones óptimas para que el fruto sea de la máxima calidad posible en el terruño de la finca; sin embargo, alcanzar todas estas condiciones implica altos costos. 

Tomás explica que en el caso ecuatoriano, hace dos años aproximadamente, se calculaba que estos costos oscilaban entre 1300 y 1500 dólares americanos por año, sin contar con los gastos propios de la cosecha como tal; sin embargo, si el productor documenta y registra todos sus movimientos financieros puede identificar si tiene algún margen de maniobra. 

“Una vez que ha identificado sus costos, debe empezar a ver en qué punto puede reducirlos. Por ejemplo, con los fertilizantes, en este momento está la opción del orgánico porque el químico está bastante alto”, afirma Miguel. 

“En la parte de aplicaciones para roya, una alternativa puede ser el uso de preventivos pero hay otras cosas que no se pueden dejar de hacer, como la mano de obra que corte el café o los sacos que tiene que comprar”. En consecuencia, el productor solo tiene margen de maniobra en ciertos aspectos y aunque quiera optimizar costos, hay acciones indispensables en las que no se puede ahorrar.   

Errores más comunes en la precosecha

Al ser una etapa tan amplia del proceso de producción de café, la cantidad de errores que se pueden cometer también es grande. Según Tomás, “el error más común está en las podas y en la fertilización”. 

Para él, no realizar el tipo de poda adecuada es grave porque si la planta no está en su máxima condición, no va a dar la máxima producción, ni en cantidad ni en calidad. Sobre el fertilizante, las malas prácticas pueden significar la ausencia o escasez de algunos de los 16 nutrientes esenciales para la planta, indispensable para los cafés de alta calidad.

Según la experiencia de Miguel, algunos de los errores más comunes en la precosecha son: “no contar con herramientas como un análisis de suelo, no aplicar enmiendas calcáreas cuando el suelo tiene mucha acidez y realizar el manejo de sombra equivocado”. 

Por ejemplo, hay casos en los que se deja muy poca sombra, en otros, no se le presta atención en absoluto. Si se consideran las posibilidades de crear una fuente de ingresos adicional, a partir de la cobertura de sombra en el cafetal, hay casos muy exitosos en los que se combinan cultivos, como maderables o bananos, con el café.

Floración en árbol de café

Como evidencian los testimonios de Tomás y Miguel, aunque la precosecha es muchas veces subestimada, tiene un impacto positivo o negativo en la calidad del café y, en consecuencia, en el resto de la cadena productiva. 

Implementar buenas prácticas y acciones que favorezcan el manejo de la finca, si bien pueden generar costos, serán la clave para ofrecer un producto que cumpla con las expectativas del mercado de especialidad.  

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Créditos de las fotos: Miguel Briceño. 

PDG Español

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