Los tipos de poda y su impacto en los ciclos de producción del café
Un árbol de café puede tener una vida productiva prolongada si se cuenta con un plan de renovación de tejidos adecuado. Los sistemas productivos de manejo empresarial, como se practica en Brasil, planifican recepas escalonadas de lotes cuando llegan a la curva descendente del ciclo productivo del café. Por el contrario, un pequeño productor no se puede permitir una poda tan drástica porque significaría esperar tres años, sin ingresos, para volver a cosechar.
Comparando una línea de tiempo versus productividad, para llegar al año uno de producción se debe tener en cuenta que la planta tuvo que pasar tres años en crecimiento. Esto ocurre en variedades arábigas con un porcentaje de pureza del 70 % en adelante.
Si el cafeto tiene sangre híbrida, como los materiales Parainema, Ihcafe 90 o Lempira, van a alcanzar su pico de producción al quinto año. Justamente, por los materiales híbridos, inició el sistema de podas a distintas alturas para mantener su producción y regenerar sus tejidos en 17 meses y no en tres años.
Para conocer más sobre los tipos de poda que se pueden aplicar a los cafetos y las técnicas que se deben utilizar, hablé con José Arnold Paz, ingeniero agrónomo y jefe de control de calidad de Finca Santa Elena, y con Juan Carlos Vega, gerente de la empresa consultora Triple I Consulting en Ecuador.
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El propósito de la poda en los cafetos
El primer consejo para los caficultores es que deben conocer muy bien qué tipo de material manejan en sus fincas. Con base a eso pueden diagnosticar, en el pico de cosecha, si su planta está vestida (tiene hojas) y si las ramas o bandolas son productivas.
El café es un capital monetario para el productor, incluso, se puede comercializar antes de la cosecha, bajo el modelo de futuros, basado en el historial productivo anual de la finca. Por eso, darse el lujo de quedarse un año sin café es impensable.
En Honduras han desarrollado varias técnicas de manejo de tejidos que garantizan la productividad del cafetal por varios años consecutivos. Para ellos, la recepa es la última opción. Arnold explica que las podas se practican, principalmente, por dos razones: la primera, para la renovación de tejido; la segunda, para eliminar el tejido que no sirve.
Las podas pueden hacerse de varias maneras pero, para definir sus tipos, hay que considerar la variedad que se maneja en la finca. Si el porcentaje de pureza tiende más hacia los arábigos, las podas serán mucho más delicadas que en los híbridos.
El cafeto, a través de la poda en su tallo principal, recibe instrucciones que alteran su crecimiento y su desarrollo. Es decir, con el crecimiento la planta reverdece y con el desarrollo produce. Según la experiencia de los entrevistados, a continuación, haremos una breve síntesis de los tipos de poda más practicados en una caficultura tecnificada.

Podas de formación
Arnold comenta que la poda de formación es sumamente delicada porque la planta de café se maneja por ejes, cada par de hojas constituye un eje. Si la poda se ejecuta en el eje número cuatro, la planta detiene el crecimiento pero no su desarrollo y terminará siendo una especie de planta miniatura, similar a un bonsái.
Si la poda se da en el quinto eje, sucede otro fenómeno: la instrucción que recibirá la planta será desarrollarse y no crecer, lo que genera un alargamiento de ramas o bandolas pero a nivel del suelo. Con las bandolas rastreras, las cerezas quedan expuestas a contaminarse con una molécula del suelo, denominada geosmina, que ocasiona el olor a tierra mojada. Esta molécula es tan potente que puede alterar la calidad organoléptica del café.
Las podas de formación no se deben practicar sin un plan de manejo y deben estar basadas en la intención del caficultor, si requiere plantas pequeñas o de control permanente.
Arnold no recomienda practicar podas antes del décimo eje, donde se pueden aplicar controles con podas pero más enfocadas hacia las ramas productivas que al eje central. De esta forma, se podrá combatir la bianualidad y garantizar una producción más estable.

El agobio
Esta práctica se implementó hace dos generaciones, con Típicas y Borbones, para estimular el crecimiento de raíz y ejes; sin embargo, las bandolas se terminaban convirtiendo en hijos productivos, lo que reducía en un 30-40 % la productividad.
Esta pérdida no era tan fácil de cuantificar porque, de la misma planta, se tenían de tres a cuatro ejes en producción. Estos hijos, convertidos en plantas productivas, afectan el manejo de la nutrición y producción, por eso, ya no se practica en Honduras.
Juan Carlos habla de una experiencia exitosa en Nicaragua con el manejo de la variedad Java a cuatro ejes, donde se maneja la producción total hasta el cuarto año. Después de eso, se procede a cortar dos ejes y dejar los otros dos productivos, intercalando ejes productivos para garantizar una sostenibilidad en la producción.

Podas para renovación de producción
Manejo de ejes
Las plantas, a cierta edad o alturas, generalmente, van a bifurcar en dos hijos del mismo eje. El hijo no es una planta productiva y va a depender de que la planta madre lo sostenga, ocasionando que deje producir para sostener a su hijo.
Para hablar del manejo a dos ejes, Arnold explica que, en Honduras, se trataba de dos plantas sembradas en el mismo sitio, provocando que ambas plantas crecieran juntas, aparentando un cultivo más denso y lleno de follaje; sin embargo, este sistema tiene un problema: la rama productiva, al toparse con la otra planta, automáticamente, detiene su crecimiento.
En consecuencia, cada planta tiene ¾ partes de crecimiento efectivo y ¼ parte que no desarrolla bandolas. El problema está en obtener ¾ partes de la producción esperada, eso significa siete libras en lugar de las diez ideales que debe producir. Además, los costos de fertilización se incrementan porque se deben fertilizar dos plantas en lugar de una.
Cuando la eliminación del ápice ocurre en el vivero, se provoca una reacción en la que se forma una bifurcación con dos ejes (hijos) que eventualmente se deberá eliminar con un corte donde termina el color café del tallo adulto y comienza el color verde del tallo en formación. De esta forma, se deshace de los hijos y la planta recibe una instrucción para que continúe su crecimiento hacia arriba.
En cuanto al manejo de ejes, hay un gran debate. Juan Carlos, por ejemplo, recomienda el manejo a dos ejes porque se puede controlar una parte de la planta productiva, mientras la otra está en renovación. Esto garantiza una cosecha continua durante las labores de renovación de tejidos y puede ser más sencillo y manejable para pequeños y medianos productores.

Poda a un metro cincuenta
Luego de una evaluación visual, el productor debe asegurarse de que cada cafeto cuenta con un grupo de 25 bandolas, en promedio, y que cada una debe tener entre 25 y 30 hojas para madurar 10 libras, la cifra ideal de fruta por planta.
Si la planta no está vestida con hojas, va a producir pero no va a madurar los frutos, entonces, será necesario podar a una altura de 1,50 metros, activando la orden genética para llenarse de hojas.
Poda de producción a un metro setenta
Mientras más sangre arábiga tiene el cafeto, tendrá mayor bianualidad. Esto significa que la bandola producirá desde el tallo hasta casi un 70 % de la bandola, mientras que el año siguiente la producción ocurrirá en la parte apical, es decir, un 30 % de la parte externa o final de la rama.
Por eso, los productores acostumbran a decir que un año productivo es bueno y el siguiente es malo. Para aplacar esta realidad, se recomienda cambiar de poda. Al hacerlo a 1,70 metros se da la instrucción genética para que la planta se alargue.
Así, es posible detener su desarrollo vertical u ortotrópico y se estimula el crecimiento lateral o plagio trópico, es decir, el desarrollo de la ramificación secundaria y terciaria. Con este crecimiento la bandola recibe más luz solar, soporta más peso y, lo más importante, el 30% de producción, esperado por la bianualidad, se compensa con las nuevas ramas de la parte apical.

Otros tipos de poda
Ventaneo
Cuando se acostumbra a manejar dos ejes, en una misma planta o en dos plantas juntas, la poda tipo ventaneo ayuda a mantener ventilada la planta, favoreciendo el intercambio gaseoso con la captura de carbono y mejorando el proceso de respiración y transpiración.
La entrada de luz, al centro de la planta, estimulará el rebrote de más bandolas secundarias y terciarias que contribuirá al incremento de la producción. Juan Carlos recomienda esta práctica para pequeños y medianos productores porque requiere de un manejo manual difícil de mecanizar.
Poda rock and roll
Se fundamenta en cortar el tallo de la planta entre 76 y 90 centímetros del nivel del terreno, dejando las ramas y chupones por debajo del corte. La altura del corte dependerá del estado de deterioro de la planta.
Poda calavera
Consiste en eliminar todas las ramas primarias a una longitud de 10 a 15 centímetros de largo de la base del tallo principal y dejar que se desarrollen en las ramas todos los brotes que se formen. El crecimiento nuevo tardará 19 meses en ser productivo.
Es importante dejar una porción de ramas terminales del árbol con cosecha de café, esto ayudará a que los productores no pierdan totalmente la cosecha.

Recomendaciones generales
Para aplicar podas, el pequeño productor debe hacerlo igual que el grande, manejando flujos en parcelas y emulando el sistema a su escala. El pequeño productor debe volverse experto y selectivo para podar por plantas o por surcos.
Por ejemplo, si maneja 3500 plantas por manzana o 5000 plantas por hectárea, debe tener en cuenta que ¾ partes de la finca se deberán mantener productivas y ¼ parte en renovación. Así, logrará renovar el cafetal en cuatro años sin perder producción.
El manejo de tejidos se realiza, a veces, a los tres años, a veces, a los cinco y, muy rara vez, a los ocho, depende de la variedad y la finca. En consecuencia, es mejor manejar las podas selectivas con criterio y conocimiento.

Ambos entrevistados demuestran que el manejo de ejes aún genera muchos debate pero concuerdan en que el objetivo de la poda tecnificada es mitigar la bianualidad productiva del cafeto.
Es importante estar familiarizados con la fisiología del café y organizarse estratégicamente para coordinar las épocas del año y para interpretar las necesidades de poda en cada variedad. Todo este conocimiento, muchas veces, se obtiene a prueba y error, hasta adquirir el discernimiento específico en el tiempo y la práctica pero, sin duda, vale la pena.
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Créditos de las imágenes: Tripe I Consulting, Finca Santa Elena, Francisco Enriquez, IHCAFE.
PDG Español
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