Impulsando la producción del café de Cuba
Durante muchos años, el café ha constituido una parte importante de la cotidianidad en Cuba. Alrededor de él se han desarrollado, con el pasar de los años, los calurosos debates sociales que han labrado la estructura de su sociedad.
Existe la voluntad de promover ante el mundo la singularidad del café cubano. A pesar de las circunstancias políticas y económicas, varios actores de la industria trabajan para garantizar la continuidad de la producción de café en la isla.
Para comprender la industria cafetera de Cuba, conversé con Christian Díaz, fundador de Mamaine Coffee. Sigue leyendo para conocer más.
Conoce una bebida popular: el café cubano

Producción de café en Cuba
El café desempeña un papel importante en la cultura cubana, desde que los colonos franceses introdujeron las primeras plantaciones en la isla.
Cabe señalar que al surgir la revolución cubana en 1959, Cuba era un destacado exportador de café en el mundo. Sin embargo, distintos factores políticos y sociales como la baja producción local a finales del siglo XX y los altos precios de importación, junto con otros factores, tuvieron un impacto devastador para el sector cafetero.
Christian Díaz, es oriundo de Cuba y fundador de la marca Mamaine Coffee, en Nueva York, Estados Unidos. Él me dice que “la producción cafetalera actual en la isla es compleja y llena de misticismos”.
Además, Christian me cuenta que el Gobierno de La Habana controla toda la producción y distribución del café. “Existen actualmente en la isla dos grupos de productores: las empresas procesadoras financiadas por el estado y las cooperativas de campesinos, siendo este último grupo el más desfavorecido, ya que no tienen acceso a técnicas modernas de cultivo, no existe en la mayoría de las plantaciones una infraestructura adecuada para el desarrollo sustentable”.
Además añade que “estos productores de café verde están obligados a producir únicamente para el estado, que les paga a centavos la libra de café verde, mientras una tonelada del mismo grano tiene un precio de USD 8 000 en el mercado europeo”.
En la isla, dice Christian, se cultivan variedades de café como Typica, Bourbon, Caturra y Catuai, entre otras. “Los procesos más populares son el lavado y el natural, no tenemos noticias de procesos experimentales modernos en la isla, tales como procesos con miel, ni de temperaturas controladas, ni de técnicas desarrolladas de cultivo”.

¿Ha mejorado la situación?
Según detalló el semanario Opinión en el 2019, y gracias a fuentes suministradas por el Ministerio de la Agricultura de Cuba (Minag), los granos de café en la isla provienen en un 90% de Santiago de Cuba, Granma, Guantánamo y Holguín; un 7% es producido en la región central y el otro 3% restante, en el occidente del país.
Para escribir este artículo, quise conocer cómo se distribuye este café en la isla o fuera de ella con la ayuda de Christian. “El 70% de esta producción está destinada exclusivamente a la exportación, siendo los mercados de Japón, Francia, España, y Suiza los más importantes. El 30% restante se distribuye al mercado hotelero nacional y a otras entidades del Gobierno”.
El café restante, y para suplir la necesidad local, comentó, se mezcla durante el proceso de tueste con granos de chícharo.
Durante medio siglo, el Gobierno de Cuba ha subsidiado la canasta básica de la población, para hacer frente a la especulación de alimentos en la isla, y establecido racionamientos. Entre los productos que se otorga en la libreta de abastecimiento está el café, sin embargo, a veces no está garantizado y tampoco cumple con las mínimas disposiciones de calidad.
“En los últimos años el cubano común, de campo y de ciudad tristemente no ha podido disfrutar ni de una taza de café al día, este ejercicio de disfrute que una vez fue el más común de los placeres, es hoy, un lujo”, sostiene.
Por otra parte y bajo otra perspectiva, el Grupo Empresarial Agroforestal reportó un aumento de la producción en el rubro, incluso afirmó que el 2019 fue el año más productivo de la década pasada en el mercado cafetero, que además goza de una demanda elevada. Es un avance positivo.
En 2020, el sector cafetero de la isla tuvo una notable recuperación y se cumplió con las ventas para exportación de café. De 1.215 toneladas, se vendieron 1.260.

¿Qué desafíos enfrenta el café cubano en el mercado internacional?
Christian me dice que en Cuba, el gobierno controla gran parte de la producción nacional de café y sostiene que ese mismo monopolio comercial “impide el comercio libre entre particulares, haciendo ilegal el comercio del café entre los productores y la población”.
Esto es un reto para un mercado que siempre procura crecer. Asimismo, existen otros factores como “los periodos de lluvias, las plagas, las tormentas y los ciclones que azotan la isla prácticamente cada año y producen pérdidas incalculables”, dice.
No obstante, el café cubano conserva la aspiración de regresar al mercado internacional.
Christian comenta que “el punto más álgido fue alcanzado entre los años 2014 y 2016, cuando empresas como Nestlé de origen suizo y Di Bella Coffee de Australia, lograron comprar más del 60% de la producción durante ese periodo”.
Sin embargo, “a partir del 2017, luego de la política de recrudecimiento comercial por parte de la administración de Donald Trump, muchas de estas empresas se vieron obligadas a retirar estos productos del mercado”, comenta.
“Actualmente, la presencia del café 100% cubano en el mercado norteamericano es ilegal”. Esto supuso un duro golpe para el mercado cafetero de la isla, afectando sus oportunidades de crecimiento en los Estados Unidos.
“No sabríamos decir cuando el café cubano volverá a resurgir, Cuba hoy ocupa el puesto 36 de países exportadores; está muy lejos de competir en el mercado internacional”, añade Christian.

¿Cuáles han sido los esfuerzos para levantar la industria cafetera de Cuba?
En medio de estas circunstancias, hay acciones que se están realizando para levantar a la industria.
Por ejemplo, el Gobierno de La Habana permitió la privatización de algunas empresas, con la finalidad de comercializar con el mercado asiático y europeo. Christian añade que, “también existen algunos acercamientos con las cooperativas para que estas comiencen a producir independientemente siempre y cuando cumplan con los requisitos exigidos por la ley”.
Con respecto a los caficultores, puntualizó que “los precios y los impuestos siguen siendo muy elevados teniendo en cuenta la situación actual de los campesinos, que siguen recibiendo un precio por libra muy alejado de lo que reciben los caficultores colombianos o dominicanos”.
Asimismo, se busca promover el café cubano en otras regiones. Christian, quien hace parte de este mercado dinámico en Estados Unidos, procura renovar la imagen que se percibe del café cubano.
“El café cubano ha estado muy mal representado durante mucho tiempo, con cafés muy bajos en calidad, y con servicios muy lejos de alinearse con las nuevas tendencias del café artesanal”.
Mamaine Coffee se encuentra en más de 10 restaurantes de la ciudad de Nueva York y Nueva Jersey, y esperan ampliar sus servicios en el futuro a otros estados como Florida y Colorado.

Un mercado con grandes ambiciones
Christian aspira a trabajar codo a codo con caficultores cubanos. “Muchos cafés de un solo origen de países como Colombia, México o Nicaragua se comercializan con el nombre de los cafetales o el nombre de los productores en las bolsas. ¿Por qué nosotros los cubanos no podemos hacer lo mismo?”.
Mamaine Coffee trabaja con granos provenientes de Colombia, República Dominicana, Perú, o Etiopía, dependiendo la temporada. Pero el anhelo de Christian es trabajar con café proveniente de origen Cubano.
“Sería un sueño el poder trabajar directamente con nuestros campesinos, contribuir al desarrollo de los cafetales, brindándole capacitación, acceso a la energía renovable, nos gustaría ayudar a construir puentes de intercambio que nos ayuden a mejorar la infraestructura de las zonas de cultivo, con el objetivo del auto sustento”.
También, Christian me cuenta que el Ministerio de Agricultura de Cuba busca crear nuevas vías de comercio para abastecer las necesidades de su población y la demanda internacional.
“Estamos viendo como nuevos productores de otros sectores [además de la] agricultura se están desarrollando de manera privada, este desarrollo quizás algún día llegue al mercado cafetalero”, menciona.
Entretanto, en Mamaine Coffee, Christian ofrece bebidas que evocan un sabor cubano. “Estuvimos 6 meses buscando las notas y características de lo que es para nosotros el café cubano curado; notas de cacao, almendra, limón, naranja, caña de azúcar, aroma a tabaco y piel con un acabado dulce y pronunciado”, dice.

Con un poco de inversión estatal e impulsando el mercado, el café cubano espera ganar mayor protagonismo en la escena internacional y volver a ser de los principales productos agrícolas de la isla, como hace unas décadas.
Y a pesar de las circunstancias, mientras surjan propuestas como la de Mamaine Coffee o Cubana en Londres y otras empresas cubanas que desean promover a Cuba como origen de café en el exterior, el futuro parece próspero.
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Crédito de las fotos: Mamaine Coffee.
PDG Español
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