Explorando la escena del café de especialidad en Nicaragua
En Nicaragua, café puede considerarse como uno de los productos agrícolas más significativos. Además de aportar en gran medida a la economía nacional, también ayudó a fortalecer la identidad del país.
No es de extrañar entonces, que el país también experimente, como en muchas regiones del mundo, la tercera ola del café. Pero, ¿cómo ha evolucionado la escena cafetera local? ¿Cómo la industria de café nicaragüense ha enfrentado la pandemia de COVID-19? ¿Qué le depara el futuro?
Para conocer más sobre la escena del café de especialidad en Nicaragua, conversé con Claudio Perez, Sara Corrales y Fernando De Santiago, tres profesionales del café nicaragüenses. Sigue leyendo para descubrir más.

¿Cómo es la producción de café en Nicaragua?
El sector cafetero de Nicaragua ha ido de la mano con el crecimiento de la nación desde hace más de cien años. Y al igual que en varias naciones de Centroamérica, el café se convirtió en un mercado que generó empleo y recursos para los nicaragüenses.
La historia del café en el país es una evidencia de ello. Su procedencia es incierta, ya que se atribuye a Costa Rica y Haití, pero a medida que se consolidó el mercado del grano, trajo grandes beneficios para la población.
“Es un cultivo con el que todos directa o indirectamente tenemos relación, un familiar, un amigo productor, es hasta difícil no conocer a alguien que no tenga una relación con el café”, afirma Claudio Perez, tostador y propietario de Calayo Origins, fundada en 2020.
Claudio dice que “Nicaragua tiene 44,000 productores de café y significa un [aproximadamente] un 10% de los empleos que se generan en el país, es siempre uno de los primeros tres rubros de exportación, y se comercializa internacionalmente desde 1849”.
El café es el segundo mayor producto de exportación del país, según el más reciente informe de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN). Asimismo, en su informe, se reflejó que en el último trimestre, entre enero a marzo, se exportaron más de 45 millones de kilogramos al exterior.
Por otra parte, Claudio hace énfasis en la importancia que tiene este rubro en la economía nicaragüense, y además destaca la calidad en su producción. “En Nicaragua hay productores de varios tamaños: pequeños, medianos y grandes, pero aún el 100% del corte se realiza a mano, esto indiscutiblemente afecta positivamente la calidad de la taza”.
“Hay productores con varias generaciones de aprendizaje que han dominado no solo la parte agronómica y el entendimiento de su micro-clima, suelo, sino también innovando en procesos postcosecha que muchas veces son únicos para cada finca”, dice.
Claudio añade: “los cafés de nicaragua, a pesar de que geográficamente las áreas donde se producen son relativamente pequeñas: Jinotega, Matagalpa, Nueva Segovia, Madriz y Carazo, se encuentra una gran cantidad de perfiles de sabores muy distintos entre los diferentes orígenes”.
Nicaragua cuenta con una gran diversidad climática y de suelos, y de variedades de café. “No se puede pintar todo el café de Nicaragua con la brocha de achocolatado, acaramelado y cítrico, esto sería un error. Cada gira al campo a catar café se vuelve una sorpresa”, dice Claudio.
Conoce más sobre la producción y las regiones cafetaleras de Nicaragua.

El café de especialidad en la sociedad de Nicaragua
“El café de especialidad llegó para quedarse”, asegura Claudio. A medida que avanza la tercera ola en el país, se diversifica la manera de beber café.
“El cambio de paradigmas de producción por volumen a producción por calidad ya se está conociendo a nivel mundial y, lentamente, el mundo de los cafés especiales lo está notando”, dice Claudio.
Las tiendas de café que lo ofrecen han crecido en sobremanera, y muchos se han percatado de su auge. “En los últimos 4 años se han abierto [mucha] cafeterías con el concepto de tercera ola, esto significa que el consumidor está aceptando pagar un precio más alto por mejor café”, dice Claudio.
En un artículo el diario La Prensa, se hablaba del auge de las cafeterías de especialidad. En el país, el número de tiendas de café pasó de 247 en 2015 a 461 en 2017.
Asimismo, Claudio explica que quizás una de las razones de este crecimiento es a la interconectividad, que invita a personas de distintas partes del mundo a apreciar una nueva manera de producir y trabajar el café.
”Es un hecho que hay un nuevo consumidor dispuesto a salir de su zona de confort y probar nuevos sabores, eso es exactamente lo que el café especial proporciona”.
De igual manera, el fundador de la cafetería El Molino, Fernando De Santiago, me dice que las cafeterías de especialidad se han convertido en “una gran oportunidad, porque estos gustos adquiridos van tomando fuerza con el tiempo y se van metiendo cada vez más en la cultura del país”.
Sara Corrales, caficultora y fundadora de La Tostaderia, me dice que “el mercado de café de especialidad en Nicaragua está en crecimiento. Estamos aprendiendo a tomar y reconocer una taza de especialidad.
No obstante, aún falta cuantificar la producción y el consumo. “Todavía hay mucho que aprender y no contamos con alguna investigación o registro oficial del nivel de consumo de café especial en los hogares nicaragüenses”, dice.
Además de aumentar el consumo de café de calidad, también incrementan las oportunidades profesionales en la industria.
“Veo que más jóvenes que ya pertenecen a la cadena, están encontrándose en un mundo cafetalero en donde no hay una norma establecida de lo que puedes ser, no necesariamente vas a ser un barista o un productor,” dice Sara.

¿La pandemia de COVID-19 tuvo algún impacto en el mercado cafetero?
Además, del impacto de los huracanes Eta e Iota en algunas regiones, en noviembre de 2020, Nicaragua enfrentó la pandemia de coronavirus de una manera diferente. Cuando se registró a mediados de marzo de 2020 el primer caso de contagio, no hubo una disposición de cuarentena oficial. Sin embargo, muchas personas al percatarse del contagio masivo optaron por autoresguardarse para frenar el avance del virus entre la población.
La no imposición de la cuarentena derivó en una diseminación más rápida del virus, y el personal médico, al encontrarse con un escenario atestado de casos en sus hospitales, exigió al gobierno y a la ciudadanía en general un confinamiento.
Las organizaciones médicas del país sugirieron a la población hacer una cuarentena voluntaria, lo que, naturalmente, reduciría la circulación en las calles y las aglomeraciones en distintos lugares.
Sara comenta que, “la pandemia la vivimos con mucha autogestión y cuidado. Claro que las ventas y la manera que conocíamos de comercializar cambió”, y añade que “de alguna manera, las cafeterías están continuando y siento que es momento de preguntarnos si a través de este nuevo estilo de vida podemos disfrutar de un buen café y lo que implica que esta taza llegue desde una finca hasta el consumidor”.
Fernando me cuenta sobre su experiencia y cómo el mercado cafetero se vio afectado por la pandemia: “El impacto del COVID fue muy fuerte, redujimos el personal a la mitad, y tuvimos que cerrar un par de meses”.
Claudio me dice que, “a nivel de cafeterías, el tráfico a pie disminuyó en su momento”, y además añade, que en los países compradores hubo una disminución de compra y “los productores tuvieron que renegociar sus contratos. Pero, el consumo de café en casa aumentó”.
Asimismo, las cafeterías y restaurantes, como en otras partes del mundo, comenzaron a vender pedidos para llevar o entregas a domicilio, lo cual les ayudó a mantener sus negocios a flote.
“El boom de las aplicaciones de delivery en el 2020 hiizo que el consumidor se adaptara más rápido al comprar en línea y por delivery”, dice Claudio.
Fernando, ante esta nueva realidad me explica cómo lo enfrentaron en su cafetería: “nos hemos adaptado a la nueva forma de trabajo, también nos ayuda a potenciar nuestro servicio a domicilio y sobre todo a devolvernos la humildad como negocio”.

¿Cuál es el posible futuro de la escena cafetera en Nicaragua?
Los miembros de la industria cafetera de Nicaragua buscan promover el consumo de café de calidad producido localmente, y aumentar el conocimiento de los consumidores.
Claudio considera que “el consumo de cafés especiales aumentará, así como la oferta conforme los consumidores vayan entendiendo la diferencia en calidad, cuando esto pase los canales de venta pasarán de convencionales a directos”.
De hecho, con respecto al futuro del café de especialidad, Claudio afirma: “Veo como varios productores pueden dar el paso a dar valor agregado, con productos terminados, buscando cómo diversificar sus mercados. Veo un crecimiento en mercados regionales vecinos en Centroamérica, el surgimiento de marcas regionales en la categoría de café especiales. Veo un auge en baristas profesionales y baristas caseros, competencias, el crecimiento de la comunidad”.
Su visión proyecta a la industria del café nicaragüense a un escenario nuevo, diversificado, impregnado de todas las innovaciones que se encuentran en el universo del café de especialidad.
“A nivel de finca, creo que más productores cambiaran el paradigma de cafés especiales para poder ser más competitivos, y que los procesos poscosecha seguirán volviéndose más complejos y con mayor control sobre ellos, esto será clave para poder mantener la calidad en largo plazo ante las amenazas del cambio climático que ya está afectando”, sostiene.
Fernando, por otra parte, habla de como el café de especialidad es una tendencia en crecimiento: “Lo estamos viendo en el resto del mundo, no veo porque en Nicaragua vaya a ser diferente. El café ha venido evolucionando a través de los años y continuará siendo así”.
Sara expresa que “este es el momento en donde se están desarrollando diversas capacidades, en donde no todo es blanco o negro, están estos puntos grises que hacen que alguien que decide tener una cafetería, una productora o catadora y lo que sienta que quiera ser”.

Gracias al aumento sorprendente del número de tiendas de café de especialidad y un mayor conocimiento de los consumidores, la escena del café de Nicaragua está diversificándose, motivando a los actores de la industria a mejorar la calidad.
A pesar de los conflictos sociales y políticos que ha vivido el país en los últimos años, la perspectiva que me brindaron Sara, Claudio y Fernando muestra a un mercado cafetero pujante, con deseos de expansión, y que procura, entre otras cosas, fusionarse en la sociedad nicaragüense.
Como dice Sara: “detrás de una taza de café de especialidad hay un mundo completo por conocer, sabores, procesos, extracción, historias de productores/as y consumidores/as. Nicaragua cuenta con mucho por ofrecer y por explorar”.
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Crédito de las fotos: La Tostadería, Calayo Origins, Cafetería El Molino.
PDG Español
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