19 de julio de 2021

Por qué es tan difícil reciclar los vasos de café de un solo uso

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Los vasos de café desechables son un elemento básico en las tiendas de café de todo el mundo. Son asequibles para los negocios y cómodos para los clientes. Sin embargo, solo 1 de cada 400 vasos se recicla en los principales países consumidores de café, como en el Reino Unido. Por lo tanto, suponen un problema importante para el aumento de los niveles de desechos. Además, son difíciles de reciclar por varias razones.

Para combatir esto, cada vez más tiendas de café ofrecen descuentos a los clientes que llevan sus propias tazas reutilizables. A pesar de ello, los estudios indican que la participación de los consumidores es mínima, lo cual se ha visto agravado por la pandemia de COVID-19.

Entonces, ¿por qué es tan difícil reciclar los vasos de un solo uso? ¿Y por qué las personas no optan por las alternativas reutilizables? Para conocer más sobre estos problemas y sobre lo que se puede hacer para resolverlos, conversé con varios expertos del sector.

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Los vasos para llevar y los desechos

Muchos vasos de café para llevar están fabricados con plásticos derivados del petróleo, como espuma de poliestireno, polipropileno o papel recubierto de polietileno. Estos materiales retienen bien el calor y evitan las fugas, proporcionando en conjunto una mejor experiencia al consumidor.

Sin embargo, la producción de vasos monouso consume muchos recursos. Se calcula que solo en Estados Unidos, se utilizan 20 millones de árboles y 12.000 millones de galones de agua para fabricar vasos de papel cada año. Por otro lado, los vasos de plástico utilizan menos recursos naturales para su fabricación, pero utilizan más energía durante el proceso.

Tanto la espuma de poliestireno como el polipropileno son asequibles y de fácil acceso para los fabricantes, pero son difíciles de reciclar. También existen dificultades para reciclar los vasos de papel, ya que deben ser tratados para poder eliminar el revestimiento de plástico. 

La Dra. Dagny Tucker es la fundadora de Vessel, una empresa estadounidense de tazas reutilizables. Ella explica que Vessel puso en marcha un sistema para las tiendas de café, en el cual los clientes escanean los códigos QR de las tazas reutilizables Vessel y, luego de usarlas, las devuelven a los quioscos o tiendas de café participantes en un plazo de 5 días.

Dagny afirma que la falta de acceso a las instalaciones de reciclaje y los elevados costos dificultan la minimización de los residuos asociados a los vasos de un solo uso. Ella dice: “Solo se ha reciclado el 9% de todo el plástico que se ha producido, y la mayoría de los plásticos reciclables [pierde su calidad original] después de unos 400 ciclos de reciclaje [(downcyling)]”.

“Las [entidades] de reciclaje de todo el mundo tienen dificultades para encontrar mercados finales para los plásticos que pasan por sus instalaciones de recuperación de materiales. El precio de los plásticos vírgenes es inferior al costo del reciclaje de plásticos, lo cual no resulta económicamente atractivo para los productores”.

Gracias a la falta generalizada de incentivos para el reciclaje, se calcula que cada año se envía a los vertederos de todo el mundo medio billón de vasos para café de un solo uso. Una vez desechados, los vasos de espuma de poliestireno y polipropileno tardan hasta 450 años en degradarse, mientras que los vasos recubiertos de plástico tardan unos 30 años en descomponerse. Cuando estos materiales se descomponen, liberan dióxido de carbono y metano a la atmósfera, contribuyendo así a las emisiones de gases de efecto invernadero. 

Con el tiempo, los plásticos se descomponen en microplásticos, los cuales se extienden por todo el planeta y contaminan el aire, el suelo y el agua, dañando la vida silvestre y el medio ambiente. Aunque el impacto de los microplásticos en la salud humana es relativamente desconocido, los científicos estiman que consumimos 100.000 de estas partículas cada año.

recycling takeaway cups

Vasos biodegradables y compostables

Las tazas de café pueden fabricarse con materiales biodegradables y compostables, los cuales se descomponen en sus partes básicas con el tiempo. Sin embargo, hay algunas diferencias notables entre los dos términos. Las tazas compostables son intrínsecamente biodegradables, pero un material biodegradable no necesariamente será compostable.

Con el tiempo, los materiales biodegradables pueden descomponerse en los elementos que lo conforman. En cambio, la materia compostable se descompone, en un tiempo determinado, en una materia orgánica, conocida como “humus”. Esto proporciona nutrientes al medio ambiente circundante.

Además, estos sistemas solo funcionan cuando se le informa a los consumidores si los vasos son compostables o biodegradables, y si tienen acceso a instalaciones de procesamiento adecuadas.

“Algunas tazas de café son compostables, pero pocas ciudades tienen servicios públicos de compostaje o una cultura de compostaje”, me dice Dagny.

“En Europa, la mayoría de los residuos municipales acaban en vertederos (24%) o se incineran (27%). Menos de la mitad se recicla (31%) y aún menos se compostan (17%). Cuando un consumidor no quiere o no puede compostar sus vasos, acaban en un vertedero”.

En las condiciones adecuadas, la legislación de la UE exige que los materiales compostables industriales se descompongan en 12 semanas, y se biodegraden por completo al cabo de seis meses. Sin embargo, cuando se minimiza la exposición al oxígeno, al calor y a un flujo de aire, los vasos compostables y biodegradables pueden permanecer intactos durante años.

A diferencia de los sitios de compost industriales, los vertederos no están controlados ni aireados regularmente. Por ello, los microorganismos descomponen la materia compostable y biodegradable de forma anaeróbica (sin oxígeno). Cuando esto ocurre, los materiales liberan metano a la atmósfera, un gas de efecto invernadero.

Desafíos recientes para el reciclaje

Sumit Lodhia es profesor de contabilidad en la Universidad de Australia del Sur, en Adelaida. “La COVID-19 ha agravado el problema de los residuos de café”, explica. “Debido al énfasis puesto a los alimentos para llevar, ha habido una oleada de vasos desechables y un descenso en el uso de vasos reutilizables”.

En los últimos 12 meses aproximadamente, la pandemia de COVID-19 ha cambiado la forma en la cual el sector de la hostelería mundial ha podido aceptar los vasos reutilizables. Para cumplir con las medidas de seguridad ante la Covid previamente establecidas, muchas tiendas de café utilizaban exclusivamente vasos y utensilios para llevar, y se negaban a aceptar los vasos reutilizables de los clientes. 

Abigail Forsyth es cofundadora y directora general de KeepCup, una empresa de vasos para café reutilizables con sede en Melbourne (Australia). Ella dice: “Los vasos de un solo uso se asocian incorrectamente con la higiene, y se ha registrado un aumento de los desechos de plástico como resultado de la pandemia. En línea con este retroceso, la cultura de la comodidad ha vuelto a la vida cotidiana”.

Sin embargo, los niveles de producción de residuos han aumentado constantemente desde mucho antes de la pandemia. Dagny señala que el cese de las exportaciones de materiales reciclables hacia China en 2018 ha sido una parte clave de esto.

Desde 1992, China comenzó a importar y procesar residuos reciclables de todo el mundo, alcanzando un nivel de alrededor del 45% en un período de 26 años.  Sin embargo, en 2018, el gobierno chino prohibió las importaciones de residuos reciclables para invertir más en la infraestructura de reciclaje del país.

Dagny afirma: “China ha cerrado sus puertas a los materiales reciclables procedentes de Estados Unidos y Europa. Antes de la prohibición, el 95% de los plásticos recogidos para su reciclaje en la Unión Europea, y el 70% en Estados Unidos, se vendían y enviaban a China”.

Cuando entró en vigor la prohibición, las instalaciones nacionales de reciclaje de la UE y Estados Unidos se vieron desbordadas, y las empresas que fabrican plásticos de un solo uso no consiguieron reducir la producción para cumplir sus objetivos.

“Cuando dejaron de comprar materiales reciclables importados, los recicladores se volcaron hacia los mercados nacionales, creando una sobreoferta masiva y una consiguiente disminución de precios”, dice Dagny. “Por eso los recicladores están racionalizando y limitando el número y los tipos de materiales que aceptan”.

Vasos reutilizables: los desafíos

Entonces, con el fin de reducir la demanda de vasos para llevar, en un esfuerzo por luchar contra los desechos, tenemos que entender por qué los consumidores los prefieren a las tazas reutilizables.

La comodidad es un factor clave. “Los vasos reutilizables se olvidan fácilmente en casa o en el coche, por ejemplo”, dice Dagny. 

Aunque los clientes pueden tener buenas intenciones sobre la cantidad de residuos que producen, visitar una tienda de café puede ser a menudo una experiencia improvisada, lo cual significa que los consumidores recurren a los vasos de un solo uso.

Cuando se toma café sobre la marcha, los vasos para llevar son también una forma de ahorrar tiempo y esfuerzo. Se pueden desechar fácilmente, mientras que los vasos reutilizables hay que guardarlos y lavarlos en casa. 

En 2019, Sumit y su equipo de investigación entrevistaron sobre el tema a consumidores, propietarios de tiendas de café y responsables de las políticas en el sur de Australia. Desafortunadamente, descubrieron que los descuentos no suponen un incentivo suficiente para animar a las personas a cambiar a los vasos reutilizables.

“Los descuentos no fomentaban el reciclaje”, explica. “Unos pocos céntimos de descuento no merecían la pena y no suponían una diferencia para los clientes. La mayoría ni siquiera aceptaba el descuento”.

Entonces, ¿qué tal si lo hacemos en sentido contrario y cobramos una prima a los clientes que no quieran utilizar los vasos reutilizables?

Pues bien, en el Reino Unido, Starbucks puso a prueba un cargo de GBP 0,05 para los clientes que pidieran bebidas en vasos de papel, en un esfuerzo por cambiar el hábito de las personas hacia alternativas reutilizables. Y aunque el 48% de los clientes afirmaron que llevarían sus propias tazas para evitar el cargo, la adopción de estos planes solo ha sido de entre el 1% y el 2% en las tiendas de café del país.

Animar a los consumidores a usar vasos reutilizables

Para fomentar de manera permanente el desuso de los vasos desechables, tenemos que hacer más.

Los proyectos de infraestructura a gran escala para reciclar los vasos de café de un solo uso requerirán años de apoyo e inversión gubernamental, lo cual significa que no es una opción inmediata. Sin embargo, en todo el mundo, las empresas ofrecen cada vez más soluciones de gestión circular de los residuos.

“Al reconocer que los plásticos de un solo uso son un problema, varias empresas de vasos reutilizables han entrado en el mercado”, afirma Dagny. “Se está destinando más dinero a crear conciencia sobre los plásticos de un solo uso a medida que se conocen mejor sus peligros”.

Vessel utiliza acero inoxidable para fabricar sus tazas reutilizables. Los clientes pueden solicitar las tazas Vessel en las tiendas de café participantes a un precio similar al de los vasos desechables, y pueden devolverlas fácilmente en uno de los muchos y prácticos lugares de entrega.

Dagny explica que este sistema circular ofrece a las tiendas de café y a los clientes una mejor experiencia. Los consumidores no tienen que acordarse de llevar o lavar sus propias tazas reutilizables, y las tiendas de café pagan un precio similar al de los vasos para llevar.

Para Abigail, se trata más bien de influir en otras personas.

“Una de las mayores motivaciones para evitar los vasos de un solo uso es saber que otros están haciendo lo mismo”, dice Abigail. “Pararse en la fila del café con uno tiene el impacto inmediato de evitar que un vaso de un solo uso acabe en un vertedero y demuestra la intención a quienes están alrededor”.

Este cambio social es necesario para crear un sistema circular. Cuantas más personas adopten las tazas reutilizables, más normal y aceptable será. 

“Las normas sociales en torno a los vasos para llevar lo convierten en un problema cultural”, añade Sumit. “Nuestro estudio sugiere que hará falta algo más que los esfuerzos de las tiendas de café para lograr un cambio de comportamiento. Necesitamos un cambio cultural para fomentar el reciclaje entre los consumidores de café”.

En el panorama actual del sector del café, y hasta que se desarrollen mejores programas de reciclaje, parece poco probable que disminuya el número de vasos de un solo uso que terminan en los vertederos. Y aunque las tiendas de café y los consumidores tienen un control limitado sobre el establecimiento de estas infraestructuras, es importante exigirlas a los órganos del gobierno.

Mientras tanto, las tiendas de café pueden controlar cómo sirven el café y los clientes pueden ser más conscientes de los vasos que utilizan. Si se invierte en sistemas más circulares y se adoptan sistemas de tazas reutilizables, se puede evitar que millones de vasos para llevar vayan a parar a los vertederos y contaminen el planeta.

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Crédito de las fotos: 

Traducido por Tati Calderón. Traducción editada por María José Parra.

PDG Español

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