“La calidad está directamente relacionada con la logística”: ¿por qué no hay más grandes marcas tostando café en el origen?
El concepto de tostar el café en el origen es atractivo. Acorta la cadena de suministro, añade más valor en el origen y, en última instancia, favorece una relación más equitativa entre el productor y el consumidor. Además, existen otros beneficios comerciales, como la reducción de los costos operativos (en locales, mano de obra, servicios básicos, etc.).
Así que, a pesar de que algunos tostadores han comenzado a operar en el origen, demostrando que se puede hacer, queda una pregunta clave: ¿por qué no han seguido el ejemplo otras marcas importantes y actores internacionales de la industria?
Para saber más sobre los desafíos, hablé con cuatro involucrados en diferentes etapas de la cadena de suministro. Sigue leyendo para saber lo que me contaron y para conocer mejor por qué el tueste en origen puede ser un reto para las grandes organizaciones.
Lee nuestro primer artículo sobre los desafíos y beneficios del tueste de café en el origen.

Una recapitulación: tostar café en el origen
En los últimos años, un número relativamente pequeño, pero creciente de tostadores ha establecido operaciones en el origen con el objetivo de enviar el café a los mercados internacionales de consumo.
La idea es sencilla. Al tostar en el origen, se añade más valor en el país productor, lo cual se traduce en mayores precios y mejores márgenes de ganancias para los caficultores. El tostador también se beneficia (generalmente) de unos costos operativos menores.
También, puede lograr que el productor tenga más propiedad sobre su café. Además de recibir un mejor precio, los productores son más capaces de ver cómo sus esfuerzos en la finca se traducen en determinados sabores en la taza. Esto puede impulsar la educación y la experimentación. Vender a un tostador en origen también puede proporcionar mayor estabilidad cuando el mercado internacional es más volátil.
Además, el café tostado en origen ofrece a los compradores, tostadores y tiendas de café una forma de diferenciarse en un mercado saturado. Los consumidores siempre buscan productos más sostenibles, y las investigaciones demuestran que son más propensos a comprar productos que tengan algún tipo de impacto social.
Sin embargo, a pesar de estas ventajas, la gran mayoría de los tostadores que operan en origen y realizan envíos internacionales son marcas pequeñas y medianas, en lugar de grandes empresas multinacionales. La razón de ello variará, naturalmente, de una organización a otra, pero a continuación hemos examinado algunas de ellas.

Costos adicionales: derechos e impuestos
Al igual que cualquier industria que depende de una cadena compleja de suministro internacional, los derechos de aduana y los impuestos son un problema para el sector del café. El simple hecho de enviar un producto de un país a otro puede acarrear una serie de costos administrativos adicionales.
Cristian Czar es director general de Czar & Co (UK) Ltd y experto en logística de productos básicos. Él dice: “Tradicionalmente, la mayoría de los productos agrícolas se exportan crudos al mercado consumidor, donde se procesan. Esto se debe a varias razones; a veces el producto tiene que ser preparado de una manera determinada, y a menudo hay aranceles de importación para la versión procesada”.
Esto es cierto para el café. Aunque tanto el café verde como el procesado (soluble o tostado) están libres de impuestos en EE. UU. y Canadá, la importación de café tostado en muchos otros grandes mercados consumidores es un asunto diferente.
En la UE, no hay impuestos de importación para el café verde, pero la mayoría de los Estados miembros (todos excepto Malta e Irlanda) cobran un impuesto especial sobre el café tostado. Dado que la UE representó alrededor del 34% de todo el consumo mundial de café en 2019, esto supone un enorme obstáculo.
Lo mismo ocurre en Japón y Rusia. En ambos países, el café verde puede importarse libre de impuestos. Sin embargo, Japón aplica un impuesto especial general del 20% al café tostado, mientras que Rusia tiene un impuesto del 10% con un mínimo de 0,20 euros por kilogramo.
Además de los costos añadidos, el control de calidad y las certificaciones también pueden ser un problema. Kevin Morales es comerciante de productos de grado comercial en TRC Trading. Él dice: “Importar un producto alimentario manufacturado a Europa [por ejemplo] también puede ser complejo frente a la importación de productos alimentarios crudos”.
“Normalmente, los productos alimentarios manufacturados, como el café tostado, tienen que pasar por varias barreras de control de calidad. Esto dificulta la importación de café tostado”.
Estas barreras de control de calidad también pueden acarrear tasas adicionales, además de ralentizar el proceso de exportación, lo cual lo convierte en una propuesta mucho menos deseable para los grandes tostadores comerciales.

El café debe estar fresco
La logística y el transporte son ya dos consideraciones clave en el modelo tradicional de la cadena de suministro del café, en el cual el café se exporta “crudo” desde el origen y se tuesta una vez que llega al país consumidor. Esto se debe a que los retrasos prolongados en los puertos o almacenes pueden provocar una disminución de la calidad del café; la humedad, el calor y el oxígeno pueden afectar a la calidad del café verde.
Sin embargo, con el café tostado, la logística y los retrasos en el envío son aún más preocupantes. Esto se debe a que el café tiene una “vida útil” mucho menor una vez tostado. La frescura es una prioridad para los clientes minoristas y mayoristas de todo el mundo, pero preservarla cuando se envía el café tostado a nivel internacional es muy difícil.
Si además se tiene en cuenta que hay otros problemas y posibles retrasos al importar un producto alimentario “manufacturado” (como mencionó Kevin), resulta mucho más difícil enviar el café tostado a nivel internacional en el momento oportuno.
Cristian añade que esto se ha vuelto más difícil en los últimos meses. “Sobre todo a causa de la COVID-19, hemos visto dificultades en el transporte marítimo y una escasez de camioneros”, me dice. “Así que para los tostadores, la misma logística para transportar, incluso el café verde, desde el origen hasta el tostador es más difícil de lo habitual”.
Esto demuestra que la logística es ya una preocupación acuciante para los tostadores y el café verde en los países consumidores. Aquellos quienes pretendan exportar café tostado directamente a los consumidores o a otras empresas solo verán estos retrasos logísticos como un obstáculo más.
Pedro Henrique Dutra es el director de ventas y mercadeo en Fazendas Dutra, una finca de café de especialidad orgánico y tostaduría con sede en Brasil. Pedro me cuenta que Fazendas Dutra tiene una pequeña tostaduría en la misma finca, Café Dutra.
Sin embargo, a pesar de que Fazendas Dutra exporta café verde a otros lugares del mundo, Pedro afirma que la tostaduría Café Dutra “se centra en el mercado nacional”.
Para Pedro, esto se debe a que “los principales retos de tostar el café en el origen son la calidad y la logística”.
“El café de especialidad debe consumirse fresco una vez tostado (tras la desgasificación), lo cual significa que la calidad está directamente relacionada con la logística”, afirma. “Cuando se envía en contenedores por transporte marítimo, el café tiene un tiempo promedio de llegada de aproximadamente 30 días después del envío”.
“En cambio, el transporte aéreo tiene un plazo de entrega promedio de 10 días, pero el costo logístico es muy elevado, lo que puede reducir las ganancias y acabar haciendo inviables las ventas internacionales”.
Jacob Elsborg es el director general de African Coffee Roasters, con sede en Kenia. Aunque muchos tostadores en el origen reconocen que el transporte aéreo es la mejor solución para mantener la frescura cuando se tuesta en el origen, el equipo de Jacob confía en el transporte marítimo para enviar el café tostado desde Kenia a los proveedores de los supermercados en Dinamarca.
Jacob señala que el transporte es un problema, pero me dice que hay una serie de formas innovadoras de preservar la frescura del producto mediante la tecnología. “Enviamos por vía marítima, pero con los sacos de café rellenos con nitrógeno, para expulsar todo el oxígeno. Este método nos ha ayudado a centrarnos en mantener la frescura”.

La infraestructura existente puede hacer menos atractiva la reubicación
“Exportar un producto perecedero como el café [tostado] puede ser costoso y difícil si no se cuenta con una infraestructura y un socio en el extranjero”, dice Pedro.
Junto con la logística, la calidad y cualquier tarifa o costo adicional, la infraestructura es un punto muy importante a considerar para muchos grandes tostadores.
Muchos de ellos cuentan con redes existentes y relaciones de confianza con los proveedores a largo plazo. Esto por sí solo puede hacer que la apertura de un nuevo negocio o la reubicación de una tostaduría existente en el origen sea mucho menos atractiva.
Jacob dice que para African Coffee Roasters, la experiencia de establecer una operación de exportación en Athi River (a las afueras de Nairobi) fue un proceso muy burocrático.
“Antes de que African Coffee Roasters empezara a operar en Kenia, hubo muchas negociaciones entre los gobiernos de África Oriental y Europa”, dice. “Entre las dificultades financieras y la preocupación por el transporte marítimo internacional, hubo que convencer a todas las partes implicadas sobre el beneficio de trasladar la operación y empezar en Kenia”.
Sin embargo, Jacob señala que, en su caso, el equipo ha sido capaz de superar estas barreras y establecer un vínculo exitoso entre el origen y sus mercados de consumo objetivo en Dinamarca.
“Trabajamos en colaboración con los supermercados minoristas y con diferentes gobiernos y nos ahorramos los derechos e impuestos al suministrar un gran volumen de café tostado”, afirma.

Tostar el café en el origen puede ser una propuesta muy valiosa y, cuando funciona, puede reportar ganancias al tostador, al productor, a la tienda de café y al consumidor. Sin embargo, al igual que ocurre con otros modelos no tradicionales de cadena de suministro, en el sector del café y en otros sectores el problema no es el concepto, sino el proceso de ampliar la escala.
Esto no quiere decir que no haya ejemplos en los cuales algunos tostadores importantes hayan establecido una mayor presencia comercial en el origen. La marca Juan Valdez de la FNC en Colombia es un ejemplo especialmente significativo. Pero si bien esto demuestra que es definitivamente factible, también es mucho más fácil cuando se empieza por tostar el café cerca de donde se cultiva, en lugar de trasladar el negocio cuando ya se tiene éxito en un país consumidor.
Para muchos tostadores a gran escala, a menudo será más sencillo mantener los sistemas, las redes y las relaciones con los proveedores existentes. Queda por ver si esto cambiará en los próximos años. Si ocurre, y si se puede añadir más valor en el origen a una mayor escala, entonces quizás el sector del café pueda dar un paso importante hacia la sostenibilidad a largo plazo.
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Crédito de las fotos: African Coffee Roasters
Traducido por Tati Calderón. Traducción editada por María José Parra.
PDG Español
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