2 de abril de 2021

De la finca a la taza: ¿cómo los caficultores pueden abrir su propia tienda de café?

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Muchos caficultores dependen del café como único medio de subsistencia. Sin embargo, la industria ha realizado esfuerzos para promover la optimización de los costos de producción, la gestión correcta de las fincas, y la diversificación de los ingresos.

Una de las maneras de diversificar es participar en otras fases de la cadena de suministro para agregar valor a su producto, como la venta de café tostado. Para algunos, esto se extiende a etapas que llegan al consumidor final, haciendo que su producto llegue directamente a la taza. Sin embargo, iniciar una empresa con estas características conlleva mucho esfuerzo y una serie de conocimientos específicos.

Además de consolidar su marca, obtener mejores precios y ayudar a su comunidad, una tienda de café que sigue el modelo de integración vertical puede ofrecer un cierto estándar de calidad a los consumidores y permitir a los caficultores contar directamente la historia de su producto. Para conocer más sobre la integración vertical en la industria del café, hable con tres propietarios de negocios “de la finca a la taza” ubicados en la región de Santander, en Colombia. Sigue leyendo para conocer lo que me dijeron.

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¿Cómo entender la integración vertical en la industria del café?

Cuando una empresa controla la cadena de suministro de un producto o servicio, sin delegar a terceros gran parte o ninguna de las fases, se le puede considerar como una empresa con un sólido modelo de integración vertical. Las empresas que manejan las distintas etapas de producción cuentan tanto con la materia prima como el mercado para posicionar su producto final.

La integración vertical se empezó a implementar como un esquema de trabajo en el sector metalúrgico a finales del siglo XIX. Posteriormente, otras industrias iniciaron a replicar este modelo, porque significaba reducir costos de adquisición de las materias primas, terminar las relaciones con otras empresas y no depender de distribuidores. Además, resultaba ser un modelo eficaz si contaba con un equipo de trabajo competente y un objetivo claro.

En el siglo XXI, la industria agroalimentaria se ha convertido en uno de los sectores que más adoptan este modelo productivo, incluyendo la producción de café.  

Oswaldo Acevedo es propietario de Café Mesa de los Santos. Su empresa participa en distintas etapas de la cadena de suministro del café. Él asevera que “la integración vertical es el futuro de las fincas cafeteras, similar a lo que es hoy en el mundo de los vinos finos”.

“El negocio del café es un negocio de recompra y esta depende 100% del sabor. Con el máximo control sobre la bebida y libre de intermediarios, le estamos dando la opción al consumidor de comprar exactamente el café que le gusta cuantas veces lo desee,” dice.

Para muchas fincas de café, la integración vertical se convierte cada vez más en una realidad, ya que ofrece la posibilidad a muchos caficultores de vender su producto transformado, por ejemplo a través de la apertura de una tienda de café, controlando todas las etapas, desde el cultivo hasta el servicio. 

Al ejercer control en todas las fases de producción, es posible también establecer estándares específicos de calidad y destacar las cualidades del café de manera que expresen el entendimiento del productor.

John Monroy Silva es gerente fundador de Kafe Loma Verde, una finca de café de especialidad que tuesta su propio café y tiene sus propias tiendas. Él participa en las actividades comerciales y de supervisión de calidad en los procesos de beneficio, cata, tueste y preparación del café. 

John me explica que la integración vertical dentro de la industria del café “contempla una integración en actividades desde las agronómicas, como la siembra y el mantenimiento del cultivo, recolección y procesos de beneficio; pasando por actividades de transformación, como logística de transporte, almacenamiento, trilla, tostión”. 

Asimismo, me refiere que la tarea finaliza en las áreas comerciales del mercado y en el servicio al consumidor final. De esta manera, me explica, se contempla “una trazabilidad garantizada y transparente de la [planta] a la taza, convirtiéndose en un modelo justo y con altos estándares de calidad y sostenibilidad soportados en investigación y desarrollo”.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la responsabilidad de cada uno de los integrantes de la empresa es crucial, porque si surge un error en una de las fases, se corre el riesgo de afectar toda la cadena de producción. 

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Beneficios del modelo “de la finca a la taza”

Este esquema de trabajo puede ofrecer a las empresas la posibilidad de optimizar sus costos, obtener mayores ganancias y la independencia de otras compañías. Por ejemplo, Oswaldo me dice que “el principal beneficio es que los cafeteros están obteniendo mejores ingresos, cuando eliminan intermediarios en la comercialización de su producto”.

Además, los resultados positivos que se obtienen con este modelo de producción en la industria del café pueden beneficiar a toda la cadena de producción y contribuir a mejorar los procesos. 

Joel me dice que “los beneficios para el empresario son: tener un mercado asegurado para sus cafés, retroalimentación con información de primera mano de parte del cliente, entender las tendencias del mercado, validar productos y procesos nuevos”.

Asimismo, explica que los beneficios se extienden también a la comunidad local, ya que una empresa cuyo modelo de integración vertical esté bien consolidado, es capaz de contribuir de manera significativa al desarrollo de su región.

Esto le permite generar empleo y “estabilidad económica y a los clientes [la] garantía de un producto con trazabilidad, historia conocida, con altos estándares de calidad, escala de precios justos; y a la comunidad, ofrece procesos de producción sostenible, empresas competitivas con indicadores financieros justos, integración de mano de obra local”.

“Toda la actividad desemboca en el desarrollo de materias como la consolidación de la marca, la integración, posicionamiento en el mercado, el fortalecimiento de la economía local, y el relevo generacional en actividades agrícolas”, ya que resulta ser un modelo más atractivo que motiva a las próximas generaciones a involucrarse. 

Además, otras marcas locales también pueden beneficiarse de la promoción del consumo de café de calidad. Joel Villalta, Director Agroindustrial en Café Forestal, me explica que “la integración vertical, pero sobre todo las tiendas de café han aportado un granito de arena a la cultura de consumo de cafés de alta calidad en el Departamento de Santander, con lo cual otras marcas se han visto beneficiadas, pues han crecido los consumidores que valoran los cafés especiales”. 

“Decidimos en el 2019 (…), abrir nuestra primera tienda de café, entendiéndose como el escenario final donde podrían debutar nuestros esfuerzos en finca, tostión y preparación; pero además, prometimiento un consumo consciente en la trazabilidad, historia y la forma sustentable de producir la materia prima con un sabor genial”.

Joel también me dice que Café Forestal ha forjado poco a poco una estrategia de trabajo que cubre las distintas etapas de producción, con ello se procura una “agricultura de manera sostenible, un impacto social y económico a muchas familias que se benefician en toda la integración vertical, mejores ingresos y distribución del riesgo”. Al tener una estructura estable, la empresa puede garantizar seguridad a muchas familias de la zona. 

No obstante, los costos de hacer crecer un modelo como este son elevados y las ganancias se aprecian a largo plazo.

¿Cuánto cuesta iniciar este tipo de negocio?

Oswaldo me enseña las diferencias que existen entre las marcas que tienen este modelo de producción y las que no lo implementan. Él me dice que “las empresas que trabajan con el modelo de integración vertical, favorecen la construcción de su propia marca en las mentes de sus consumidores, mientras que las que conservan el modelo de intermediación la disipan”.

Sin embargo, para iniciar y consolidar una empresa con estas características, se necesita de un capital sólido, suficiente para todas las necesidades.

Joel destaca que, para emprender en este tipo de dinámica empresarial se requiere no solo inversión y conocimiento, sino pasión. “Hay que realizar una muy buena planeación financiera, se requiere inversión constante en activos y capacitación para tener éxito, pero sobre todo, dedicación y pasión por el sector”.

Sin embargo, el hecho de tener un costo elevado no implica que se trate de un emprendimiento imposible de realizar. “Con una buena planeación estratégica en los objetivos que se quieren lograr el dinero se consigue con inversionistas o finalmente con los bancos, pero es clave ser muy organizado y estructurado empresarialmente. Esto define el tiempo en que el empresario es capaz de ejecutar todas las tareas que se deben llevar a cabo”, sostiene Joel.

Por otra parte, John me ofrece cifras concretas. “Los costos para iniciar un negocio de café con integración vertical, van desde un presupuesto mínimo para alcanzar un mercado local, que al día de hoy y para el caso de Colombia en este 2021, sería un capital aproximado de USD 70.000”, dice.

Según lo que dice John, esta inversión incluye ”un terreno de 4 hectáreas aproximadamente, para cultivos y tienda de café con local en alquiler. Otro presupuesto para abarcar mercado regional, nacional y otro para llegar a los clientes en mercados internacionales”.

Asimismo, me indica que “para iniciar a pequeña escala y ser más accesible se podría a partir de un presupuesto de inversión de USD 15.000 aproximadamente” e iniciar en el mercado local. Si se cuenta con la finca, la inversión incluye el costo de adaptar la infraestructura.

Aun así, además de la inversión existen otras dificultades que pueden presentarse al momento de consolidar una empresa de café.

¿Cuáles son los posibles retos?

Como en cualquier otra empresa, para enfrentar las dificultades es necesario contar con una buena asesoría y realizar un plan de contingencia específico. Sin importar si los problemas son de tipo legal, de costos, producción o mercadeo, la empresa debe poseer una estrategia de eventualidades que sirva de muro de contención y los conocimientos necesarios.

Joel me dice que es “importante entender que el camino no va a ser fácil, pues la competencia en los mercados de volúmenes que compiten con precio son gigantes y bien estructurados; por eso capacitarse en calidad, procesos, mercadeo, finanzas, administración, logística es muy importante, si no, los tropiezos serán mayores y frustrantes”. 

Además me dice que el mayor reto es “generar culturización alrededor del café, pues el consumo consciente permitirá tener mejores ingresos a quienes se esfuerzan por llevar calidad total en todos sus procesos”.

Oswaldo refiere que “el principal desafío es el pensamiento empresarial de mercadeo. Abrir una tienda por abrirla en cualquier sitio no conduce al éxito, tiene que ser un proyecto bien estudiado y con estrategia”.

Asimismo, indica que en el presupuesto se debe incluir toda la infraestructura en cada etapa del proceso de producción. 

Sin embargo, gracias a una buena estrategia, muchos empresarios en la industria del café han garantizado una eficiencia en la producción en las fincas y un buen resultado final en las tazas de café que sirven en sus propias tiendas.  

Al controlar todas las etapas de la cadena de suministro, los caficultores, como empresarios, son capaces de ofrecer un producto con cualidades específicas al consumidor final y contar la historia de su propio café. Además, pueden beneficiar a su comunidad local y contar con un equipo en cada fase de la producción, que trabaja para lograr un objetivo común.

Aunque puede parecer costoso y difícil de realizar, desarrollar con una estrategia y un plan de negocios, capacitarse, buscar asesoría y recurrir a financiación o asociarse con otros productores puede hacerlo posible. Ya sea que inicies implementando una etapa a la vez o cuentes con un gran presupuesto, podrás valorizar tu producto, aumentar tus ganancias e incursionar en nuevos mercados.

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Créditos de las fotos: Kafé Loma Verde, Café Forestal

PDG Español

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