17 de febrero de 2021

Tecnologías digitales: cómo mejoran los procesos en las fincas de café

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Actualmente, las fincas cafetaleras trabajan de forma distinta a la de hace unas décadas. Esto se debe a las innovaciones en el sector agrícola y las tecnologías digitales que contribuyen a aumentar el rendimiento de las cosechas, reducir los costos de producción y ser ambientalmente sostenible.

Hace 40 años, un caficultor no habría imaginado poder controlar las actividades operativas y administrativas de su finca con un teléfono móvil o mejorar la eficiencia de sus cultivos a través de un dron. Hoy, es una realidad que solo deja por resolver una serie de desafíos.

Para conocer cómo las herramientas digitales facilitan la gestión de las fincas, los beneficios que ofrecen y los retos que presentan, hablé con dos expertos. Continúa leyendo para conocer lo que me dijeron. 

Tecnologías digitales café

¿Qué es la tecnología digital?

La denominada Cuarta Revolución Industrial está causando una rápida transformación digital, que ha tomado relevancia en el campo. Ahora, se habla de la informática y la robótica al servicio de la agricultura. 

Quizás relaciones ambos términos con las aplicaciones móviles, las bases de datos en Excel, la navegación GPS, la utilización de drones, satélites, el internet de las cosas, la inteligencia artificial y los macrodatos. Sin embargo, el concepto va más allá. 

Víctor Salvador Hernández es especialista en créditos cafeteros del Banco Hipotecario, en El Salvador. Él dice que la era digital permite al productor conjugar el sistema de producción con el medio ambiente para obtener mejores resultados de productividad, trazabilidad y garantizar la sostenibilidad de los cafetales en el tiempo.

“A través de sus dispositivos móviles existen diferentes aplicaciones, que pudieran facilitar diferentes metodologías. Por ejemplo, un [cálculo de los costos]. Ahora es tan fácil, puedes cargar casi que una computadora en tu teléfono, porque a través de la nube puedes subir tanta información, que hace unos 30 o 40 años jamás se hubiera imaginado”, añade Víctor. 

Además, Víctor me dice que algunos productores son conscientes de las ventajas competitivas que ofrecen estas tecnologías. Estas van desde la reducción en el costo de la mano de obra, la optimización en el uso del agua, el aumento de la productividad, e incluso el mejoramiento del bienestar de los empleados al disminuir la exposición a los agroquímicos. Todos estos beneficios han despertado un mayor interés en adquirirlas.

Con esto en mente, exploremos cómo las tecnologías digitales pueden ayudar en la producción de café. 

Tecnologías digitales café

Caficultor actualizando historias digitales, en Chaparral, Tolima, Colombia. Créditos: Innovakit 

Optimización de los costos

Para Víctor, la sostenibilidad del negocio cafetero reside en el grado de comprensión y control que los caficultores tengan sobre sus costos de producción. Las tecnologías digitales desempeñan un papel fundamental en la facilitación de estos procesos. 

Por ejemplo, con la ayuda de los drones, las fincas ahorran gastos de mano de obra para la aplicación de agroquímicos. Además, contribuyen al uso racional de los fertilizantes, pues arrojan datos más precisos sobre las cantidades necesarias que requieren los cafetos. 

Víctor añade: “Los cafetaleros de antaño (…) producían cantidades exageradas de café. El costo era menor, pero a través del tiempo la tierra se viene degradando. Entonces, existen diferentes aplicaciones o usos para poder a través de satélites, conocer el estado nutricional del suelo”. 

Hugo Andrés López es el director ejecutivo de Innovakit, una empresa colombiana que desarrolló un modelo de innovación tecnológica para el café, que conecta a los productores con mercados globales, reduce los costos y ayuda a mejorar la calidad.  

Él me dice que, además de optimizar los costos, la digitalización es una oportunidad para incrementar la percepción del valor del grano en los consumidores. 

Los clientes no determinan la calidad del grano solo por sus atributos físicos y sensoriales como el aroma y el sabor, también prestan atención a la manera en que se llevaron a cabo los procesos. 

Hugo presenta un ejemplo: en la actualidad, un caficultor tradicional colombiano vende la carga de café a un precio aproximado de USD 280, y recibe un margen de utilidades del 15%, según datos de la Federación de Nacional de Cafeteros de Colombia. Ahora bien, cuando el caficultor tecnifica su finca y emplea herramientas digitales, pasa de realizar procesos intuitivos a basarse en hechos y tener un control de los mismos. 

Esto le permitirá producir café de mejor calidad, y aumentará sus posibilidades de obtener una certificación; lo cual, a su vez, le permitirá aumentar el precio de venta de su café entre un 2% y 10%, en comparación con el precio del café de calidad comercial. 

Hugo insiste en que el mundo digital está estrechamente vinculado con la rentabilidad del negocio cafetero, teniendo en cuenta que los caficultores pequeños y medianos no tienen en cuenta muchos gastos, como la mano de obra, el alquiler o la administración. Esto hace que la actividad requiera de más esfuerzos y a la vez las utilidades netas no coincidan con los cálculos técnicos. 

“El productor con [un margen de ganancia del 15% de USD 280] no hace nada. Necesita [USD 140] más]”, indica Hugo. 

El costo de la innovación

La innovación tecnológica tiene un costo que muchas veces, los productores de pequeña escala no tienen la capacidad económica para asumir, me cuenta Victor. Él sugiere promover alianzas con otros caficultores para adquirir los equipos, empoderar a su comunidad y gestionar el conocimiento con base en la experiencia de sus colegas. 

“Si son pequeños productores, mi recomendación [es que si están bajo una cooperativa, lo hagan a través de ella]. A mayor volumen de productores, mayor área. Puede facilitarles el vuelo, si hay un costo, este se diluye entre todos. Al final, si se unen todos, el poder de una unión pues es esa, generar mayor nivel de presión en la negociación al adquirir un servicio o producto”, recomienda. 

Victor aconseja investigar antes de invertir en una herramienta digital determinada. Es posible que asumas un gasto elevado si no tienes el conocimiento adecuado, el personal capacitado o las condiciones de tu finca no sean ideales para su uso.

En el caso de los drones, es importante que sepas pilotearlos y cuentes con el equipo de apoyo necesario. A menudo, necesitas un software, y debes conocer las condiciones climáticas y legales del área en donde pretendes usarlo. 

“Ver condiciones, por ejemplo lluvia, viento que puedan complicar o de zonas que estén cerca, por ejemplo de tráfico aéreo o de un aeropuerto hay restricciones para realizar. En muchos países, se requiere de una licencia para poder pilotar una de estas aeronaves, entonces todos estos componentes hay que conocerlos antes”, señala Víctor.  

Soluciones asequibles

Las aplicaciones móviles y las plataformas digitales son alternativas para hacer un seguimiento de los cultivos en tiempo real, obtener información confiable y, en muchos casos, son gratuitas. 

Existen aplicaciones que facilitan el trabajo en la finca. Estas permiten la digitalización de los procesos de producción, monitorear las fases de manejo poscosecha, ofrecer material didáctico, programar un calendario de actividades, consultar los precios del café, identificar las necesidades del terreno, entre otras funciones.

Las hojas de cálculo de Excel también son una herramienta de fácil acceso, pues la mayoría de las computadoras tienen alguna versión de este programa. En ellas puedes llevar el control de tus gastos, compras y demás operaciones. Solo es cuestión de familiarizarte con su interfaz, la cual es muy rápida, efectiva y permite hacer tus tareas de forma más sencilla. 

“Un productor que nosotros atendemos, ha logrado empoderar a sus trabajadores, en el sentido que el administrador general de la finca, que es un señor de avanzada edad (…) maneja Excel (…) Lleva a nivel de detalle producciones históricas de hace 20 con sus respectivos detalles de costos, él mismo desarrolla parcelas demostrativas, cuantificando los costos de producción al final de un período”, me cuenta Víctor. 

Transformación digital rural, de las teclas a las pantallas táctiles, en Samaniego, Nariño, Colombia. Crédito: Innovakit.

Créditos y financiamiento

A pesar de la existencia de las nuevas tecnologías para optimizar los procesos en las fincas, una infraestructura tecnológica deficiente, los elevados costos de la tecnología, los bajos niveles de alfabetización digital y el acceso limitado a los servicios son obstáculos para la transformación digital en muchas zonas rurales.

En ese contexto, los créditos son una alternativa para que los productores cuenten con la financiación necesaria para la compra de equipos. Víctor dice que las entidades ofrecen facilidades, pero advierte que el caficultor debe ser consciente de la rentabilidad de su parcela antes de contraer una deuda con el sistema financiero. 

“Yo puedo producir 10 mil, 100 mil quintales al año, pero si mi compromiso, mi carga financiera o mis costos fijos y variables son elevados. Y si año con año, en vez de generar una utilidad estoy perdiendo USD 20.000 o USD 30.000 no va a haber forma en la cual un productor va a poder cancelar un crédito por pequeño que fuere”, insiste Hugo.

Aprende más: Productores de café: ¿deberían pedir un préstamo?

¿La tecnología representa una amenaza para el empleo?

Según Víctor, con el paso del tiempo, las tecnologías tendrán un efecto disruptivo en la generación de empleo, las ocupaciones y las habilidades necesarias para el futuro. 

“Obviamente, va a haber un riesgo de reducción en el factor social, de generación de empleos, ante la búsqueda de tecnologías que vayan a desarrollar mejores niveles de producción. Quieras o no, la producción de cualquier tipo de alimento tiene que ir de una forma tan acelerada, porque el crecimiento poblacional viene igual”, me comenta Víctor. 

Por el contrario, Hugo considera que la digitalización no sustituirá al capital humano, ya que en la actualidad la fuerza laboral es escasa en las zonas rurales. 

Él asegura que a diferencia de Brasil, en el resto de Latinoamérica no es probable que las herramientas digitales y la tecnificación reemplacen la mano del hombre, pues los sistemas de producción son distintos.

Hugo dice, a modo de ejemplo, que en Brasil, donde muchas fincas suelen ser grandes, una máquina puede llegar a reemplazar a 100 obreros, mientras que en otros países de Latinoamérica, un caficultor de pequeña escala puede tener solo media hectárea. 

Es importante alcarar que la tecnificación y la digitalización no son sinónimos. La primera consiste en el uso de herramientas y maquinaria ideales para optimizar las labores manuales en la finca, como las derribadoras, las despulpadoras y tractores, entre otras máquinas agrícolas. Por otro lado, la digitalización consiste en la implementación de métodos para obtener datos y automatizar ciertos procesos.

Víctor cree que los caficultores se verán en la necesidad de compensar la carencia de capital humano con el uso de las herramientas digitales. “La fuerza laboral que se encontraba generalmente en el campo ya no está tanto en el campo (…) Ante el crecimiento urbanístico que ha habido a nivel mundial y obviamente un salario en el campo es mucho menor que un salario en industria, comercio”, señala. 

Evaluando calidad del café, núcleos de innovación tecnológica, en Arbeláez, Cundinamarca, Colombia. Créditos: Innovakit

Cómo la tecnología puede despertar el interés de los jóvenes

El fenómeno de deserción en el campo es frecuente entre la población joven, que ha optado por abandonar las fincas en búsqueda de mejores oportunidades laborales y calidad de vida. Esto representa una amenaza para la continuidad de la producción cafetalera. 

“El precio al productor tiene que cambiar. Si eso no cambia, pues no va a haber jóvenes en el futuro en las fincas, porque ellos buscan negocios, oportunidades de trabajo, internet, tecnología”, explica Hugo. 

Hugo y Víctor coinciden en que para romper esta cadena se debe apostar por un pago justo y a un esquema empresarial más robusto, en el que se implemente el uso de las tecnologías e Internet, los cuales podrían despertar el interés de los jóvenes en el negocio cafetero y mejorar los procesos de calidad. 

Adicionalmente, Hugo me dice que se debe aprovechar la disposición de las nuevas generaciones para adaptarse a la revolución tecnológica. Sin embargo, para los pequeños caficultores adquirir estos instrumentos puede representar un desafío, ya que existe una brecha entre sus necesidades y la implementación de tecnologías. 

“Si el dron le vale USD 560 y con eso él puede comprar el mercado y cambiar el televisor y hacer otras cosas, pues las fincas [enfrentan una gran] pobreza multidimensional”, añade Hugo. 

Victor añade que el productor puede comenzar a delegar a sus hijos funciones básicas relacionadas con la administración de la finca, como el manejo de redes sociales, incentivar habilidades en cata y barismo, y la creación de semilleros de investigación, que pueden incubar ideas innovadoras. 

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Tecnologías digitales café

Drones para trazabilidad, calidad e impacto social, en Nariño, Colombia. Créditos: Innovakit 

La tecnología está en constante evolución y sus aplicaciones pueden optimizar los procesos en muchos campos, incluyendo a la agricultura. Aunque las herramientas digitales pueden parecer demasiado sofisticadas y fuera de tu alcance, muchas son de fácil acceso, gracias a las cooperativas de caficultores o las alternativas de financiación.

Antes de considerar estas herramientas, debes asegurarte de contar con los conocimientos para usarlas apropiadamente y aprovecharlas al máximo, y verificar que las condiciones de tu finca sean idóneas. Son grandes aliadas para hacer más rentable la producción cafetera, disminuir el impacto ambiental y un vehículo para acercar a los jóvenes a todos los procesos de la finca.

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Crédito de las fotos Innovakit, Tatiana Guerrero

PDG Español

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