Roya del café: por qué es nociva y cómo controlar su propagación
Una mañana de enero de 1970, en el estado brasileño de Bahía, un investigador descubrió, en una plantación de café abandonada, algunas hojas infectadas con roya, un hongo del que ya se tenía conocimiento, pero que durante cientos de años se había mantenido lejos del continente americano.
Aunque el gobierno brasileño envió inmediatamente expertos a la región, era demasiado tarde. La Roya había infectado más de quinientos mil kilómetros cuadrados y en menos de 15 años, se extendió desde Brasil hasta México. Pero lo peor estaba por llegar: entre los años 2008 y 2015, hubo una serie de brotes tan severos, que los científicos la llamaron la “Gran Roya”.
En la actualidad, la lucha contra la enfermedad persiste. A pesar de todos los esfuerzos y recursos que se han dedicado a combatirla, se siguen encontrando nuevas infestaciones en regiones que antes no habían sido afectadas.
Pero, ¿qué hace de la roya una enfermedad tan resistente y por qué se propaga tan rápidamente? Hablé con algunos expertos que se han dedicado al estudio del hongo. Sigue leyendo para conocer lo que me dijeron.
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¿Qué es la roya del café?
La roya es una enfermedad del café causada por el hongo Hemileia vastatrix. Ataca principalmente a las variedades derivadas de Typica y Bourbon, entre ellas Caturra, Catuaí, y Pache. Suele afectar a las hojas maduras, y en el caso de ataques severos, puede también infectar hojas jóvenes, provocando su caída y pérdidas en la producción.
Al perder las hojas, la planta no puede realizar la fotosíntesis, lo cual repercute en la formación de la cereza. La planta débil es incapaz de completar la producción del grano.
Para que una epidemia como la roya se propague, es necesario un patógeno (el hongo), un huésped (el cafeto) y las condiciones ambientales que favorecen su desarrollo.
La enfermedad había causado estragos en África antes de llegar a América, pero, ¿qué la hizo tan virulenta durante la “Gran Roya”?
“Los científicos comprobaron que no hubo cambios relevantes ni en el patógeno, ni en el huésped. Pero sí hubo una serie de cambios en las condiciones ambientales, a dos niveles”, explica Stuart McCook, profesor de Historia de la Universidad de Guelph, en Canadá y autor del libro Coffee Is Not Forever: A Global History of the Coffee Leaf Rust (El Café no es Para Siempre: Historia global de la Roya).
“Primero, el nivel de los cafetales: en los últimos 30 años, muchos caficultores dejaron de renovar sus cafetales, o de [aplicar] abonos adecuados, o de usar controles químicos preventivos”, me cuenta el profesor McCook.
“Aunque a veces se presenta como una falla de parte de los caficultores, más bien representa un problema estructural ligado los precios inestables del café y, en algunos países, falta de apoyo público o estatal a los caficultores. Estos procesos económicos contribuyeron al debilitamiento de la caficultura en muchos países” añade.

Cómo se propaga la roya
Actualmente, existe gran conciencia entre los caficultores acerca de la importancia de renovar sus cafetales y fertilizarlos adecuadamente. Pero aun así, ninguna plantación está exenta del contagio.
Cristian Lizardo, Coordinador del Sistema de Vigilancia Fitosanitaria en el Instituto Hondureño del Café, me cuenta que existen varios vehículos de trasmisión de la roya. Estos incluyen los animales, como aves e insectos, el salpicado de agua durante las lluvias e incluso, las personas que al desplazarse dentro de las fincas pueden transportarla en su ropa.
“Sin embargo se considera que el principal medio de transporte de las esporas del hongo que causa la roya es el viento”, explica. “El tamaño de estas es tan diminuto, que en 1 cm cuadrado de lesión en una hoja podemos encontrar entre 120 mil y 150 mil unidades y estas son suspendidas por las corrientes de viento y pueden ser trasladadas y depositadas en zonas cafetaleras ubicadas a muchos kilómetros de distancia”.
Por esta razón, el hongo pudo infectar con facilidad los cultivos de café de Centro y Sudamérica durante la Gran Roya.
La Organización Internacional del Café (OIC), en su informe de 2013 sobre el brote de roya, determinó que más del 50% de la zona cafetera de Centroamérica se había visto afectada por la enfermedad. Además, ese mismo año, las pérdidas ascendieron a USD 500 millones. A esto se sumó el efecto social de la epidemia: más de 300 mil personas perdieron sus trabajos debido a la falta de café para recolectar.
Pero el año 2014 reveló cifras aún más desalentadoras. Las estimaciones de la OIC citadas por el Profesor McCook en uno de sus estudios, calculan que en aquel año, la epidemia le costó a Centroamérica más de USD 616 millones, disminuyendo las exportaciones a la mitad en solo dos años.

Condiciones que favorecen la aparición de roya
La roya ha desarrollado varias mutaciones que la hacen cada vez más resistente a los tratamientos fitosanitarios que han desarrollado los investigadores. Además, el cambio climático, con el consecuente aumento de las temperaturas y variación en los patrones de lluvia, ha sido un factor clave en el desarrollo y fortalecimiento del hongo.
“Todas las zonas cafetaleras han experimentado cambios drásticos de temperatura y presencia y distribución de lluvias que han alterado el ciclo fenológico del cultivo, [es decir], los momentos de descanso postcosecha, recuperación de las plantas, floración, desarrollo y maduración de frutos”, me explica Elias De Melo, Coordinador del Programa de Gestión Integral de la roya en América Central e investigador en CATIE (Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza).
También, me dice que otro factor que contribuye a la propagación de la roya es el predominio de variedades de café con pocos genes de resistencia.
Factores como el viento, la humedad, y una temperatura continua de entre 22 °C y 23 °C, crean las condiciones ideales para la germinación de nuevas esporas de roya para que colonicen y penetren en hojas nuevas.
“Estas condiciones ambientales también [reducen] el ciclo de vida del hongo, lo que permite reproducirse más rápido y parasitar nuevas hojas de cafeto”, me dice Cristian.
“Con condiciones ambientales favorables, variedades con base resistencia natural, y presencia de gran cantidad de esporas del hongo en el ambiente, están dadas las condiciones para que ocurran mutaciones en razas conocidas, generando nuevas formas de hongo con más factores genéticos de virulencia [o capacidad de propagación y de causar daños]”, enfatiza Elias quien, junto con un amplio grupo de investigadores, ha identificado alrededor de 18 nuevas razas de roya, y afirma que es muy probable que sigan apareciendo nuevas razas.
Además, tras el reciente paso de los huracanes Eta e Iota por Centroamérica, resulta inevitable cuestionar cómo estos eventos naturales van a influir en la difusión de la roya el próximo año.
“Los huracanes alteran de manera importante el ciclo de variables climáticas en toda la región vinculada al café, [en algunos lugares generan] exceso de humedad y en otros reducción de la humedad, influyen en la intensidad de masas de nubes que pueden contribuir a mayor nubosidad y humedad relativa del aire e incremento de vientos”, me explica Elias y añade que todos estos factores incrementan el riesgo de contagio, especialmente en aquellos cafetales que no se han proyectado ni se manejan correctamente.
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La roya es resistente y se adapta fácilmente
Desde la Gran Roya, no han cesado las investigaciones que buscan una solución al problema.
Uno de los principales retos es el desarrollo de variedades de café resistentes a las nuevas mutaciones de la enfermedad. Algunos híbridos F1, creados específicamente para ser más resistentes a la Roya que lo habían logrado con éxito durante casi 20 años, son ahora susceptibles al contagio.
Sin embargo, es importante aclarar que los híbridos no se han debilitado, sino que las razas existentes de roya se han multiplicado y fortalecido. El hongo tiene una gran capacidad para evolucionar y adaptarse a las resistencias genéticas de algunas variedades híbridas.
Mientras se llevan a cabo las investigaciones para la creación de nuevos híbridos, muchos caficultores han recurrido a tratamientos químicos para combatir la roya en sus cultivos.
“Históricamente, el tratamiento químico ha sido efectivo a corto plazo, porque se puede desplegar rápidamente, y no involucra cambios profundos en el sistema de producción”, me explica el profesor McCook, “pero el tratamiento químico siempre ha sido caro, y los productores suelen disminuir o eliminar los tratamientos cuando el precio del café baja demasiado, o el costo de los insumos sube”.
Con una roya cada vez más resistente, las dificultades para el mantenimiento fitosanitario y un cambio climático muy poco favorable, muchos caficultores podrían preguntarse si es posible evitar el contagio de la roya.
“El contagio de la roya no se evita, se minimiza”, afirma Elias, “las prácticas de manejo integral garantizan una convivencia con la roya en bajas incidencias, de manera que se [reduzcan significativamente] las afectaciones. Muchos productores, aún teniendo variedades susceptibles a la roya, como Caturra, Catuaí y otras, no sufren afectaciones por poner en práctica el manejo integral”.
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¿Qué pueden hacer los caficultores?
Mientras continúan las investigaciones para desarrollar híbridos más resistentes, Elias recomienda implementar una serie de medidas para lograr cosechas productivas a pesar de la presencia del hongo:
- Tener plantaciones con diseños y manejos agroforestales que ofrezcan una buena entrada de luz y sombra equilibrada en todo el cafetal, y evitar el exceso de ambas. Además, aconseja sembrar árboles de servicio que, con su poda, proporcionen materia orgánica para proteger y nutrir el suelo, y cuyas raíces favorezcan el aporte de nitrógeno.
- Contar con al menos dos o más áreas distintas de café de diferentes variedades, incluyendo algunas que sean resistentes o tolerantes a la roya.
- Monitorear la incidencia de la roya en la plantación y realizar controles preventivos oportunos con fungicidas sintéticos y/o naturales. Si la incidencia supera el 10%, será necesario intensificar las aplicaciones de control.
- Mantenerse informado sobre el comportamiento del clima para poder anticipar medidas de prevención y control.
- Después de la cosecha, realizar las podas y deshijas del cafeto con el fin de renovar los tejidos y eliminar las ramas y hojas enfermas.
- Contar con un programa de fertilización equilibrado en términos nutricionales, basado en un análisis del suelo.
El Programa Centroamericano de Gestión Integral de la Roya del Café, en su informe técnico titulado Híbridos F1 de Café, Resistencia a la Roya y Estrategias a Futuro, hace estas recomendaciones para las fincas con híbridos resistentes:
- Mantener un buen pH, y conocer el balance de nutrientes de los cafetos. Las plantas bien nutridas resisten mejor al ataque de nuevas razas.
- Usar una sombra uniforme que no sea superior al 50%, seleccionando árboles con hojas pequeñas, flexibles y recortadas.
- Aplicar productos químicos y/o biopesticidas de forma preventiva para disminuir el contagio, y usar fungicidas cuando sea necesario.

Cristian cree que las prácticas de prevención y mantenimiento son viables para un caficultor de pequeña escala, pero se deben tener en cuenta aspectos como el rendimiento del quintal oro por manzana, considerándose rentable una producción de por lo menos 30 quintales, ya que “el manejo integrado de la roya representa entre USD 200 y USD 400 por manzana de incremento dentro de los costos de producción”, especifica.
“Además, se deben buscar otros valores agregados, por ejemplo cafés certificados, cafés especiales, procesamiento de este, así como la diversificación de las unidades productivas con otros cultivos por ejemplo, banana, aguacate, cítricos etc. que permitan a los productores mejorar su situación económica y calidad de vida” concluye.
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Prevenir la roya no solo requiere una inversión, sino también el apoyo por parte de organizaciones y entidades gubernamentales, especialmente a los pequeños productores, ya que con cada avance se presentan nuevos retos.
El profesor McCook cree que “un buen resultado en el control de la roya no es solamente un resultado que limite o disminuya la tasa de infección o los daños. Un buen resultado es uno que permita al productor convivir con la roya y también generar los ingresos que desea. Y hacer todo esto de una manera ecológica y socialmente sostenible. Ya que hay una gran diversidad de formas de producción, hay una gran diversidad de soluciones”.
La industria cafetera necesita continuar trabajando de manera conjunta para garantizar que el café siga siendo un medio de subsistencia para las futuras generaciones y evitar la aparición de una nueva Gran Roya.
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Crédito de las fotos: Diana Fisgativa, Stuart McCook, Cristian Lizardo.
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