Café Especial en Argentina: Construyendo Una Comunidad
El café desempeña un papel importante en la cultura Argentina y es una de las bebidas que más se consumen en el país. Los bares tradicionales de Buenos Aires siguen siendo puntos de encuentro para muchas personas, y patrimonio histórico y cultural de la ciudad.
Sin embargo, la oferta de cafés se ha ampliado y también se ha expandido hacia otras regiones, en donde se está desarrollando una escena creciente del café de especialidad.
Para conocer más sobre el crecimiento de la industria, hablé con varios profesionales del café de Argentina. Sigue leyendo para conocer lo que me dijeron y cuál podría ser el futuro del café especial en el país.
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La Histórica Relación de Argentina Con el Café
En Buenos Aires, las cafeterías son emblema de la ciudad. Son símbolos y puntos de encuentro históricos que han frecuentado escritores, periodistas, hombres de negocios y empresarios.
Los primeros cafés de Buenos Aires aparecieron en tiempos del Virreinato del Río de la Plata, aunque su transformación a los espacios clásicos de reunión que conocemos en la actualidad ocurrió solo a comienzos del siglo XIX. Para 1820, se registraron 17 cafeterías en la ciudad. En un principio, fueron lugares que convocaban exclusivamente a hombres, hasta que en 1960, las mujeres comenzaron a organizar sus propios encuentros en los cafés.
Alexis Sabogal es instructor de barismo, tueste, preparación de cafés filtrados y juez en competencias de café. Él me dice que, con el correr de los años, se hizo común ver a los argentinos en las cafeterías desayunando y leyendo el periódico desde temprano en la mañana, disfrutando un “cortado” o un “café doble”. Además, en Argentina, el café suele consumirse principalmente fuera de casa.
Sin embargo, desde hace algunos años, me cuenta Alexis, estos espacios han adquirido un nuevo significado. Son lugares más modernos, que se frecuentan para trabajar, organizar encuentros sociales, entre otras actividades. Cada vez más argentinos se sienten atraídos por el café y por la historia detrás de los granos que disfrutan, más allá de la taza.
Alexis cree que los baristas han desempeñado un papel fundamental en este proceso, ya que explican a sus clientes con paciencia y dedicación las diferentes formas de preparar café, y les ayudan a descubrir sabores distintos a los que ofrecen los tuestes oscuros y los cafés torrefactos que se suelen preferir en Argentina, preparados a temperaturas elevadas.

El Café de Especialidad Como Nueva Experiencia
Mauricio Rozo Córdoba es un barista radicado en Argentina y uno de los organizadores del evento Expocafé Argentina. Él me dice que el café ha dejado de percibirse como una materia prima, y que “el café de especialidad es visto [más bien] como un alimento… [La ventaja] que tiene el café de especialidad es que, evidentemente, lo que hace resaltar la calidad es su cadena productiva”.
Si bien, existen requisitos específicos para que un café sea considerado de especialidad, Mauricio cree que el café puede ser un producto gourmet gracias a la experiencia en torno a su consumo, es decir, la música, la compañía y los aromas. “A parte de ser ese alimento, y [el] resultado final de un proceso de calidad, pues es también todo [el contexto que] lo rodea”, afirma.
Mauricio también considera que, algo para destacar del movimiento del café de especialidad en Argentina, es la disposición del consumidor local para animarse a vivir nuevas experiencias, a pesar de los hábitos y costumbres arraigados. Esto se lo adjudica a la variedad de granos que el país ofrece: “[Argentina es un mercado] de importación de café, muy abierto. Es decir, [es posible] conseguir un café de África, un café de Centroamérica, un café de cualquier parte de los productores del mundo, y eso hace que también haya en el consumidor, y en el argentino en general, una mayor apertura. Me parece que el argentino tiene [esa ventaja de ser] más flexible…con las nuevas alternativas”, dice.
Damian di Pace, director de la consultora Focus Market, dijo en una entrevista que en Argentina se consumen granos de zonas tropicales, principalmente de Brasil, Colombia y África, aunque también pueden encontrarse, con menor frecuencia, variedades de otros orígenes como Ecuador o Guatemala. La diversidad en la oferta de granos se debe, a que Argentina no es un país productor de café, aunque ya se hayan registrado pequeñas plantaciones en el norte del país.

La Creación de Una Comunidad
Juan Morgan y Sebastián De La Quintana tienen algo en común: ambos son apasionados del café y buscan contagiar esa pasión a todo el país. Juan es cofundador de Club del Café en Buenos Aires, y Sebastián de The Coffee Box en Rosario, Santa Fe. Ambas empresas tienen el objetivo de crear y hacer crecer la comunidad del café de especialidad a través de suscripciones mensuales que ofrecen granos de distintos tostadores y orígenes, además de manuales con información sobre el procesamiento y guías de preparación.
“Conectamos con gente a través del café”, dice Sebastián, “con todos los tostadores tenemos…muy buena relación…Ellos saben mucho más que nosotros, nos educan, nos ayudan a elegir el café, nos explican, y nos ayudan a llegar de una mejor manera a nuestro consumidor”.
“Creo que en el café de especialidad hay mucho apoyo en el tema cultural y en el tema educación, y eso está muy muy [bien], porque va más allá de la competencia entre tostadores…cada uno desde su parte: el tostador, nosotros llegando al cliente, [contribuimos] para que esta cultura crezca”.
Juan destaca que gracias al café de especialidad, el consumidor accede a un conocimiento del café que antes no tenía. Al tener mayor acceso a la información, es más fácil comunicarse.
Además, reconoce que los clientes manejan los tecnicismos y son cada vez más profesionales. “Sentimos que la gente se está equipando más en sus casas…, obviamente, esto es un efecto de la cuarentena, pero efectivamente sucede, y al equiparse más,…consultan más, y están más atentos a todo lo que pasa en la cultura cafetera”, dice Juan.
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El Papel de Los Eventos y Las Plataformas Digitales
Internet y las redes sociales han tenido una función importante en muchas áreas de la industria cafetera. Para los negocios, representan una oportunidad de promover sus productos. Además, ponen a disposición de muchos profesionales y aficionados una gran cantidad de contenido educativo accesible.
Uno de los mayores aportes de estas plataformas digitales, es la difusión de los eventos que se generan en torno al café. Buenos Aires es líder nacional en esta materia, ya que allí se han organizado ferias como FECA o Exigí Buen Café; cursos, catas y capacitaciones en cafeterías y escuelas alrededor del país; y campeonatos internacionales.
Estos espacios, coordinados por profesionales y emprendedores unidos en organizaciones tanto locales como internacionales, junto con las instituciones gubernativas de las ciudades y/o marcas patrocinadoras, ofrecen a los profesionales y aficionados de la industria la oportunidad de participar en charlas y talleres, poner a prueba sus habilidades en las competencias, y conocer a otros profesionales del café. Sin embargo, todos son bienvenidos, y muchos eventos están dirigidos tanto a expertos como a novatos.
Este año, las medidas de confinamiento debidas a la pandemia COVID-19 generaron la necesidad de realizar los eventos de manera virtual. Uno de ellos fue la primera Batalla de Latte Arte entre competidores chilenos y argentinos vía streaming, organizada por ExpoCafé Chile y ExpoCafé Argentina. Mauricio, quien hizo parte de la organización, afirma que este tipo de eventos fortalece la inclusión y “ayudan mucho a la evolución y a mejorar” como profesional. Algo para destacar de esta competencia, fue la participación no solo de baristas porteños, sino también del interior del país.

La Escena Cafetera Argentina, de Norte a Sur
El movimiento del café especial en Argentina se expande más allá de Buenos Aires. Por ejemplo, en Córdoba es posible encontrar cafeterías de especialidad desde hace casi 3 años.
Belén Duró es la propietaria de Le Dureau, una de las primeras tiendas de café en el centro de la ciudad. Belén me dice que el público que frecuenta su cafetería podría dividirse en dos: “bastante público conservador, que es un poquito más difícil de que acepte esta nueva forma, y…los aficionados” que, afirma Belén, han crecido mucho durante la pandemia.
El hecho de no poder acceder a los cafés que habitualmente servían los baristas, o no poder ir al mercado, obligó a muchas personas a buscar nuevas alternativas de consumo. “Tuvimos que amoldar nuestros productos para que fueran a las casas”, explica Belén.
Con respecto a lo que le hace falta a Córdoba para seguir creciendo en el ámbito cafetero, Belén cree que se necesitan “más cafeterías, más competencia, que en realidad no sería competencia, porque siempre decimos que si hay más cafeterías que ofrecen buen café, la gente va a tener más posibilidades de acceder a ellas y a [valorar más el producto]”.
Dentro de la Patagonia, en la ciudad de General Roca, Río Negro, encontramos Latte Cafetería, una cafetería de especialidad fundada por Luciano Romero en 2018. Luciano me cuenta que al principio fue difícil llegar al público, “la gente lo vio como el cafecito de la calle Mitre, [un] kiosco de café. En estos dos años que empezamos a trabajar, [pudimos demostrarle] a la gente que para nosotros el café no es solamente una bebida, sino que también, todavía hay mucho esparcimiento y se puede aprender demasiado”.
Luciano resalta que lo que diferencia a su cafetería, y a todas las cafeterías de especialidad, de otras, es la pasión. Para él, es fundamental buscar la forma de explicarle al cliente todo lo que su trabajo implica.
“Traté de ir cambiando mi manera de transmitir lo que es el café, a asociarlo un poco con el vino”, que es más característico de la región, “así como en el vino encontrás distintos aromas, distintas fragancias, en el café también”, explica Luciano.
Con respecto al futuro, el panorama es alentador para este empresario, quien afirma: “En este tercer año ya estamos armando nuestra propia escuela de café, con gente que ya es cliente, con gente que ya no solamente quiere tomarse un café, sino que quiere aprender a degustarlo”.

El Potencial de La Industria
El consumo de café en Argentina es bajo, si se compara con otros países. Según un estudio de la firma de investigación económica IES, en 2018, en el país se consumieron 6,84 kilos per cápita de infusiones, de los cuales solo el 10,4% correspondió al café, con un consumo de 0,71 kilos per cápita, ocupando el segundo lugar después de la yerba mate, cuyo consumo anual equivale al 87,3% o 6 kilos per cápita. No obstante, el consumo de café está experimentando una fase de crecimiento.
El mate es la bebida más tradicional del país, y está fuertemente arraigado en la cultura local, sobre todo en el interior. Esta bebida se consume en cualquier momento del día y en cualquier lugar. Incluso, desde hace unos años, también existen lugares llamados “mate bar”, donde es posible alquilar termo y mate, junto a un contenedor con yerba de diferentes productores.
Sin embargo, el consumo de café en casa en Argentina aumentó en un 10% durante la pandemia, lo cual puede representar una ventaja a largo plazo. Cada vez más argentinos buscan conocer sobre el café, ya sea de manera profesional como también para preparar su propia bebida en casa.
El creciente interés del consumidor coloca la vara en un nivel más alto. Los profesionales del café argentinos deben estar preparados para aclarar dudas y ofrecer nuevas herramientas e información a un público más exigente que, difícilmente abandonará su costumbre de reunirse en las cafeterías, las cuales buscan alternativas constantemente para crear experiencias únicas que las hagan destacarse.

La creciente ola de tostadores, distribuidores, baristas, tiendas de café e incluso, caficultores de Argentina refleja la dedicación y atención del país hacia la industria.
Las personas con quienes hablé destacan lo inclusivo que es el fenómeno, no solo por el hecho de que quien esté interesado en aprender, es bienvenido y tiene gran variedad de ofertas a disposición, sino también porque los mismos emprendedores colaboran entre sí para llevar a cabo proyectos como ferias, torneos y hasta planes de negocios.
Todo esto, junto con la evolución en la tecnología, maquinaria y accesorios, y las plataformas digitales podría contribuir a acelerar el crecimiento del sector en el país. Pero solo el tiempo dirá lo que le depara el futuro a la industria del café especial Argentina.
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Crédito de las fotos: Aldana Lacaze, Elías Trindade, Noé Vidal, Florencia Feroleto, Matías Scaramucci, Simonelli Honduras
PDG Español
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