Cómo Abordar Las Desigualdades Coloniales en el Sector Cafetero
El café ha recorrido un largo camino desde que las potencias coloniales europeas lo enviaron alrededor del mundo hace varios siglos. Sin embargo, aunque estos imperios coloniales son asunto del pasado, han dejado sus huellas en el sector cafetero actual.
En este artículo, analizamos cómo el colonialismo ha dado forma al sector cafetero de la actualidad. Continúa leyendo para descubrir más sobre cómo y dónde permanecen las desigualdades coloniales, y cómo podemos abordarlas.
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EL COLONIALISMO Y EL CAFÉ: UNA BREVE HISTORIA
El café se convirtió en un producto básico producido en masa y comercializado mundialmente durante su “primera ola”. Esto fue orquestado en gran medida por las potencias coloniales europeas, las cuales se establecieron en los países productores de café del Caribe, Asia y América a finales del siglo XVIII.
El consumo de café creció exponencialmente en el siglo XIX, cuando se hizo más accesible en todo el mundo. El aumento de la demanda requirió una producción masiva, y la mayoría de los colonos europeos respondieron con el establecimiento de fincas cafetaleras en sus colonias. Para minimizar los costos de producción y maximizar sus beneficios, muchas de estas fincas importaban esclavos de África para trabajar en las plantaciones de café.
Chris Oluoch es el director de programas en Fairtrade Africa, organización miembro del movimiento Fairtrade International, que representa a los productores certificados por Fairtrade en África y Oriente Próximo. Él me cuenta que cuando los colonos llegaban, seleccionaban las tierras de primera calidad para la agricultura, probaban la fertilidad del suelo para el cultivo de plantaciones y dividían la tierra en zonas de cultivo para diferentes plantaciones, incluido el café.
“En aquellos días, las fincas cafetaleras en Kenia se llamaban ‘White Highlands’ (tierras blancas). Todo el valor se devolvía a los países europeos y norteamericanos, y el continente africano se quedaba sin nada”, dice.
Aunque estas colonias son ahora países independientes y la esclavitud fue abolida, los efectos aún pueden sentirse en la actualidad. Después de que el colonialismo terminara y la tierra de cultivo de café fuera devuelta a los productores nativos, muchos de ellos solo se quedaron con pequeñas parcelas. Chris me dice que esto los obliga a vender a través de multinacionales establecidas, y los deja incapaces de ampliar su escala y crecer de manera efectiva.

¿CUÁLES ESTRUCTURAS COLONIALES EXISTEN AÚN?
Ahora que entendemos cómo el colonialismo influyó en el comercio del café a lo largo de la historia, exploremos cómo afecta al sector en la actualidad.
La Agregación Del Valor al Final de la Cadena de Suministro
Históricamente, el valor del café se agrega en el país consumidor, donde se tuesta, se vende y se consume. Por lo tanto, es allí donde se obtiene la mayoría de las ganancias. Esta es una dinámica que no ha cambiado mucho para la mayoría de los productos básicos, incluyendo el café.
Los productores de café exportan principalmente café verde, un producto básico con un bajo valor de mercado y escaso potencial de ganancias. La recompensa llega aún en menor nivel a los últimos de la cadena de valor: los caficultores, a pesar de que gran parte de la calidad del café se adquiere a nivel de finca.
Los Precios se Regulan en Los Países Consumidores
Los productores de café son a menudo quienes “reciben los precios”. Muchos de ellos son incapaces de decidir cuándo y a qué precio vender su cosecha. Martín Mayorga es el fundador y presidente de Mayorga Organics. Él dice: “Las decisiones de mercado y la dirección de los precios ocurren aquí en los EE. UU., y los países de origen están a merced de eso”.
Las decisiones relacionadas con los precios las toman generalmente quienes se encuentran en los países consumidores, mientras que los productores, quienes se verán más afectados por las fluctuaciones de los precios, son en gran medida incapaces de influir en ellos. Aunque se están realizando esfuerzos para fijar el precio del café de una manera más inclusiva, todavía estamos lejos de romper este patrón.
La Presencia Extranjera en Los Países Productores
Aunque los beneficios y los exportadores están ubicados en los países productores, suelen ser propiedad de entidades extranjeras y estar gestionados por ellas. Estas empresas son en su mayoría europeas y norteamericanas, las cuales establecen beneficios y casas de exportación en el origen.
“Esto ocurre porque es más económico”, explica Martín. “Una de las situaciones importantes que he visto últimamente son beneficios extranjeros firmando contratos de varios años con los productores. Utilizan la estabilidad como un incentivo cuando los precios del mercado son bajos o volátiles”. Los productores firman estos contratos a largo plazo por estabilidad, pero no pueden cambiar o negociar sus precios si, por ejemplo, el precio C aumenta.
Martín explica que estos beneficios proporcionan a los productores acceso al crédito, pero con un interés alto. Añade que en algunos casos, si los productores incumplen su préstamo, el beneficio toma posesión de sus fincas, un sistema que recuerda mucho al colonialismo.

¿CÓMO HAN CAMBIADO LAS COSAS?
Phyllis Johnson es fundadora y presidente de BD Imports. Ella destaca que, aunque muchos países productores de café son totalmente independientes, las relaciones comerciales más fuertes que siguen existiendo actualmente son producto del colonialismo.
“Si alguien se apropia de la tierra y la cultura de alguien, resulta increíblemente difícil reformarse y ganar su propio poder y fuerza”, explica Phyllis. “La vulnerabilidad ante ese otro país está en pie, al parecer, desde siempre”.
La Economía de Libre Mercado en Los Países Productores
En teoría, la independencia y el libre mercado deberían haber mejorado las cosas para los países productores de café. Sin embargo, en muchos casos, tuvo el efecto contrario. En los años ochenta y noventa, una ola de liberalización del mercado se extendió por África y América Latina como parte de los programas de ajuste económico estructural diseñados por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Chris me dice que esto puso a los productores africanos en desventaja porque no estaban preparados. Él dice que no tenían la escala de producción necesaria para competir en el mercado mundial y que la libertad económica no era tan beneficiosa como parecía sobre el papel.
Además, estos programas eliminaron los subsidios gubernamentales preexistentes, lo cual hizo que la caficultura fuera muy costosa. “Competir en la escena global se hizo imposible”, concluye Chris.

La Falta de Propiedad Del Producto de Consumo
El consumo interno de café en los países productores es un problema constante. Para muchos países productores, también puede ser un recordatorio no deseado de las estructuras coloniales.
Phyllis comparte una anécdota conmigo: “Cuando estuve en Uganda, hablé con las mujeres de las zonas rurales sobre el café. Ellas llamaban al café “el producto de la flagelación”, un producto que relacionaban con el dolor y la opresión, porque efectivamente se veían obligadas a cultivarlo, sin ninguna otra alternativa de ingresos”.
El consumo de café en Uganda está creciendo, pero no en las zonas rurales, Phyllis dijo que le sorprendió descubrir que muchos caficultores no sabían para qué se utilizaba. Si los productores no consumen café o no se relacionan con él, ¿cómo van a tener realmente la propiedad de su cosecha?
Una Mentalidad Colonial
Aunque muchas antiguas colonias son ahora independientes, Phyllis dice que para muchos países, esto no ha traído muchos cambios reales. “Si eres el producto de generaciones colonizadas, continúas por el mismo camino porque no conoces nada más”.
“Nadie va a cambiar nada solo porque cambien las políticas o los sistemas, ni el opresor ni el oprimido”, dice.
Martín dice que ve la perpetuación de esta mentalidad como un gran obstáculo para empoderar a los productores de café. Él dice que en América Latina ha habido un crecimiento significativo en las propiedades familiares. “Estas son personas [históricamente] pobres que han crecido alineándose con los actores colonialistas. Pueden ser locales, pero tienen la misma mentalidad extractiva y a veces dan la espalda a las comunidades indígenas de las cuales proceden”.
Debido a su escala, estas fincas son más visibles que otros pequeños productores. Esto significa que es más probable que atraigan la inversión de los tostadores de todo el mundo cuando, de hecho, son quienes menos la necesitan.

¿CÓMO PUEDEN LOS PRODUCTORES RECUPERAR LA PROPIEDAD DE SU CAFÉ?
No hay soluciones rápidas, eso está claro. Sin embargo, las personas que entrevisté sugirieron algunos cursos de acción.
Cambiar la Mentalidad
¿Cómo se cambia una forma de pensar y actuar tan arraigada en la sociedad? Phyllis dice: “Es un deseo y un interés por actuar. Es cambiar tus prioridades, cómo miras a las personas y cómo actúas. Es aceptar que el sistema puede ser imperfecto”.
Ella agrega que hacer preguntas difíciles es una gran parte del camino: “¿Por qué, por ejemplo, en Papua Nueva Guinea, no hay ningún indígena que posea la licencia de exportador de café?” Phyllis subraya la importancia de examinar de cerca los sistemas que hemos llegado a considerar como normales.
Hablar de Los Problemas
Martín es muy expresivo sobre el tema de la desigualdad en el sector del café, y apasionado por el empoderamiento de los productores. Él me dice que el cambio comienza con el reconocimiento de los problemas y la discusión abierta, aunque sean temas incómodos.
“Como industria, no podemos hablar de querer el cambio, y luego evitar los grandes temas que existen. Tenemos que entender la causa de fondo y eliminarla”, dice.
Además, un obstáculo importante para el cambio sostenible a largo plazo en la industria cafetera es que la realización de estos enormes cambios requiere mucho tiempo y recursos, sin mencionar la adaptación de todos los interesados. Para los actores más establecidos en el sector del café, puede que esta no sea una ruta que estén dispuestos a seguir.
“Necesitamos que entiendan y necesitamos sacar la realidad a la luz para ellos”, dice Martín.
Reconocer el Valor Del Café
Con la aparición del café de especialidad y la tercera ola, la industria se ha dado cuenta de que el café tiene diferentes grados de calidad. Como sabemos, esto depende en gran medida de las circunstancias y el esfuerzo a nivel de producción.
Esto diferencia al café de otros productos básicos, aunque en gran medida sigue siendo comercializado como un producto básico, con poca recompensa o reconocimiento para muchos caficultores.
Para Martín, el camino a seguir es simple: establecer beneficios de café manejados por el productor en el origen, y tratar el café como un producto de buen valor. Él dice que pagar un precio que refleje este valor, un mayor enfoque en la calidad, y la inversión en infraestructura para las comunidades cafetaleras, ayudará a las personas a reconocer el valor del café.
“Si realmente quieres añadir valor para los productores de café, tienes que tratarlos como personas primero y como productores después. Necesitas entender sus necesidades y las necesidades de su comunidad”.

Las estructuras y las dinámicas coloniales están profundamente arraigadas en el sector del café. Para muchos actores de la cadena de suministro, son solo una parte de lo que consideramos normal. Sin embargo, actualmente siguen existiendo a lo largo de la cadena de valor del café y a menudo impiden el éxito y el crecimiento de los productores.
Para avanzar como industria global, necesitamos reexaminar lo que consideramos normal y justo, tanto para el productor como para la industria. Un cambio colectivo de mentalidad es un primer paso esencial.
Parece haber esperanza en el futuro, ya que los movimientos diseñados para potenciar a los afectados por estas estructuras ganan impulso en todo el mundo. Las personas están empezando a pensar, y actuar, sobre cómo lograr un cambio real.
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Crédito de las fotos: Fairtrade Africa, Meklit Mersha, Mayorga Organics
Traducido por Tati Calderón. Traducción editada por María José Parra.
PDG Español
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