Las Causas de la Brecha Generacional en la Caficultura de Kenia
Con sus suelos fértiles, precipitaciones frecuentes y grandes alturas, la tierra keniana posee naturalmente muchas de las cualidades que se requieren para cultivar café de calidad. Esto lo convirtió en la fuente de ingreso de moneda extranjera más importante del país por muchos años, pero los tiempos están cambiando rápidamente.
La producción de café cayó de dos tercios desde los años ochenta y, según las previsiones, la producción en 2019/2020 será la más baja de los últimos cincuenta años. Esto se debe a muchas cosas, pero una de las razones es que los jóvenes productores se están alejando cada vez más de la caficultura como fuente de ingresos y forma de vida.
En la actualidad, la edad promedio de los caficultores kenianos es avanzada, con más de la mitad de ellos por encima de los 60 años. Sin productores de edad millennial que tomen las riendas, el futuro de la producción de café de Kenia podría verse aún más comprometido.
Sigue leyendo sobre qué podría causar esta brecha generacional e impedir que los millennials kenianos sigan produciendo café.
Read this in English What’s Causing The Generation Gap in Kenyan Coffee Production?

Chuaga Kinuthia en el laboratorio de café de la Universidad de Tecnología Dedan Kimathi. Crédito: David Ngibuini
Los Millennials de Kenia: Urbanizados, Instruidos y Endeudados
Aunque la caficultura está dominada por kenianos de edad más avanzada, solamente constituyen una pequeña parte de la población del país. Casi tres cuartos (37,5 millones) de kenianos tienen menos de 30 años, según el Instituto Africano para las Políticas de Desarrollo. La razón por la que esta franja de edad se aleja de la producción de café como carrera profesional y fuente de ingresos es compleja.
Los millennials de Kenia (en otras palabras, aquellos que nacieron a fines de los años ochenta y principios de la década de 2000), son muy diferentes de las generaciones anteriores. La educación era y sigue siendo una de las mayores prioridades para sus padres y muchas familias invirtieron gran parte de sus ganancias en ella, ya que creen que garantizará a sus hijos la posibilidad de tener una vida mejor.
Estos esfuerzos se observan hasta llegar a la educación superior. Según un informe oficial publicado por la empresa de contratación BrighterMonday sobre el mercado digital, más de la mitad de millennials tiene un título profesional.
A pesar de esto, nueve de diez adultos desempleados tienen menos de 35 años, lo cual ha dado como resultado una población que tiene dificultades para pagar los préstamos estudiantiles, endeudándose y postergando los logros como el matrimonio y la procreación. No sorprende que cuando les preguntan, las principales características que esperan encontrar en un empleo son la seguridad laboral, la cercanía a casa y un buen salario.
La producción de café no es un trabajo para los impacientes, dado que la planta puede tardar hasta cuatro años en desarrollarse desde la semilla hasta la etapa de cosecha. Además, solo es posible una cosecha por año. Para aquellos que buscan apoyo financiero inmediato y a largo plazo, este no es un camino adecuado.
Para saber más sobre las razones por las cuales las generaciones actuales podrían estar alejándose de la producción del café, visité el laboratorio de café de la Universidad de Tecnología Dedan Kimathi, donde los caficultores locales llevan sus muestras de café para controlar la calidad. Pregunté al director tecnólogo de café, Chuaga Kinuthia, por qué cree que los millennials se están alejando de la caficultura.
Él me respondió que, “los millennials son una generación que quiere que todo [esté] en seguida”, y agrega que, “en la mayoría de los casos, se espera que los caficultores de más de cuarenta años visiten el laboratorio [para analizar su café]. Pocas veces [recibimos] a alguien menor de cuarenta años que busca los servicios del laboratorio”.
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Pergamino secándose sobre camas elevadas en la finca de café Maguta, en Kenia. Crédito: David Ngibuini
Obstáculos Únicos para Entrar en la Producción de Café
La impaciencia y una demanda de gratificación inmediata se consideran rasgos comunes en los millennials de todo el mundo. Sin embargo, cuando se trata de la producción de café, los millennials de Kenia se enfrentan a dificultades únicas que les impiden involucrarse en la actividad.

Pergamino y frutos de café en la finca de café Maguta en Nyeri, Kenia. Crédito: Stephen Kahiga
Falta de Modelos a Seguir
Dado que muchos jóvenes kenianos crecen en las ciudades o se mudan a zonas urbanizadas por razones de estudio o empleo, la sucesión generacional que se da generalmente en fincas pequeñas se ha interrumpido.
Gran parte del café keniano es producido por pequeños caficultores. Al incentivar a sus hijos y nietos a obtener una educación formal de nivel medio y terciario, pierden, sin querer, las habilidades; en otras palabras, sus habilidades de cultivo se pasan por alto y la caficultura en sí deja de ser importante como ocupación potencial.
Esto da como resultado una generación que nunca presenció directamente el cultivo del café, como lo hicieron sus padres y abuelos. Como dice Chuaga, “la caficultura se aprende mejor mediante una pasantía. Una razón por la cual la juventud tal vez no esté interesada en cultivar café [podría ser] que no se [les] inculcó desde temprana edad”.
A pesar de esto, hay unos pocos millennials que han decidido involucrarse en la producción de café. Por lo general, son aquellos que la heredaron de sus padres. Esto trae consigo sus propios retos.
Con frecuencia, quienes desean relevar una finca de sus padres tienen que esperar hasta alcanzar una cierta edad avanzada para heredarla. Muchos caficultores se resisten a entregar la tierra a sus hijos, debido a la falta de información sobre lo que implica la sucesión de terrenos y los costos. Otros no registran legalmente la titularidad del terreno, lo cual complica aún más la sucesión.

Victor Kanyingi en su lugar de trabajo en Nairobi, Kenia. Crédito: David Ngibuini
Percepciones Negativas
La producción de café de todo el mundo se ha enfrentado a obstáculos importantes en los últimos años, y la industria de Kenia no es una excepción. Al presenciar el impacto que han tenido los precios bajos, los cambios climáticos impredecibles y otros factores en sus padres y abuelos, muchos millennials kenianos ven la caficultura como un trabajo que tiende a ser difícil e incierto.
Hablé con una persona que creció en estas circunstancias para descubrir más sobre el tema. En la actualidad, Víctor Kanyingi trabaja para una aseguradora de salud en Nairobi, pero fue criado en una finca de café en Kiambu. Dejó la finca cuando tenía 21 años para estudiar en la universidad y luego empezó su carrera profesional en una empresa de seguros en la ciudad.
Le pregunté a Víctor si estaría interesado en producir café un día, como lo hacían sus padres. Respondió diciendo: “No creo que el café sea un cultivo muy rentable, después de ver que mis padres abandonaron su finca de café, porque no tenía sentido económico seguir haciéndola funcionar. Creo que si algún día emprenderé la agricultura, cultivaré aguacate. Parece más viable, porque los aguacates son más fáciles de producir y hay una enorme demanda potencial para la exportación de aguacates al mercado chino”.
Muchos productores kenianos han cambiado de cultivo, dado que el aguacate se adapta bien al clima de Kenia, es más fácil de cultivar y requiere menos cuidados especiales que el café. Los agricultores ganan más dinero y tienen tiempo para dedicar a sus otros cultivos, como las bananas y las papayas.
Dado que Kenia cerró oficialmente un acuerdo comercial para exportar el 40% de sus aguacates a China, es posible que la demanda de este cultivo alternativo aumente.
Aquellos que siguen enfocándose en la producción de café están afrontando desafíos crecientes de otras áreas, como el medio ambiente. Recientemente, los caficultores tuvieron que hacer frente a largos períodos de sequía, roya del café y tizón tardío. Esto está disminuyendo el volumen y la calidad de sus cosechas, desanimando a los jóvenes caficultores aún más.

Flores de café en un cafeto, en la finca de café Maguta, Nyeri, Kenia. Crédito: Deep Sea Studios
Obstáculos Normativos Complejos y Costosos
El café es uno de los cultivos más regulados en Kenia, con múltiples prohibiciones y restricciones que controlan todo, desde cómo se planta y trasplanta hasta cómo se almacena, comercializa y etiqueta con la marca.
Gran parte del café es cultivado por productores a pequeña escala, quienes luego lo venderán a fábricas de propiedad de cooperativas para el beneficio y el procesamiento. Cada cooperativa está representada por un agente de mercadeo, quien procesará aún más y almacenará el café antes de subastarlo en la Bolsa de Café de Nairobi o venderlo directamente a un comprador.
En este punto, los productores pueden participar o controlar muy poco lo que ocurre con su producción. Como dice un productor, no puedes estar seguro de que el beneficio venda tu café o qué está sucediendo con él. Además, significa que no pueden rastrear su café u observar cómo se lo trata una vez que deja sus manos.
Muchos piensan que el sistema actual no está funcionando a favor de los productores, dado que podría limitar su parte de las ganancias del precio FOB, y dar como resultado largos períodos de espera antes de recibir el pago. Muchos caficultores sienten que una falta de transparencia, una mala gestión de la cooperativa y otros factores están poniendo obstáculos al sector. También, significa que asumen la mayor parte del riesgo. Es algo que puede desanimar a aquellos que quieren entrar en la industria.
Cómo pregunta Chuaga: “¿Por qué la juventud querría entrar en un negocio que es muy regulado y político? Prefieren un negocio menos exigente, [como] trabajos en oficinas o la producción de flores en invernaderos, que requiere menos terreno y es más fácil de exportar”.

Caficultores jóvenes reciben capacitación y mentoría por parte de Régine Guion en la finca de café Maguta. Crédito: Ignas Butenas
Es evidente que los millennials de Kenia podrían beneficiarse de la participación en la caficultura, y esto podría acercar el país a dónde estaba hace varios años en términos de producción y calidad. Sin embargo, esto no será posible a menos que se tomen medidas para resolver los problemas que están afrontando. Esto ya ha empezado a suceder.
Los expertos están trabajando en desarrollar cafetos resistentes a la sequía y las enfermedades que prosperarán a pesar de las condiciones climáticas cambiantes, y el gobierno ha destinado fondos al financiamiento de los caficultores. Además, los líderes reconocen que hay una necesidad de reducir los costos de procesamiento y beneficio, modernizar la imagen de la marca del café local e incluir a los agricultores jóvenes en la producción.
Aunque estos cambios no se darán de un día para otro, podrían ser lo que se necesita para mejorar la percepción y las ventajas de la producción de café, y conseguir que los jóvenes productores se vuelvan a involucrar.
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Artículo escrito por David Ngibuini. Imagen principal: Un joven productor de café con pergamino y cáscaras de café en Maguta Coffee Estate en Nyeri, Kenia. Crédito: Stephen Kahiga
Traducido por Laura Fornero. Traducción editada por María José Parra.
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