Cómo la Educación Crea Oportunidades en Las Regiones Cafetaleras
Los programas sociales, como las iniciativas artísticas, se están esforzando por ofrecer una mejor educación y mejores oportunidades de trabajo a personas jóvenes en las comunidades productoras de café, a medida que se convierten en adultos.
Los programas artísticos (artes plásticas con medios mixtos, música, interpretación orquestal, teatro, títeres, danza, coro, instalación artística y arte del vestuario) ofrecen tanto el desarrollo de habilidades como beneficios curativos, integrando la expresión humana en la educación para brindar un enfoque multifacético a los desafíos comunes que afrontan las comunidades rurales. La integración artística es increíblemente poderosa para enseñar la paciencia, la planificación, el trabajo en equipo y otras habilidades que se extienden a todos los ámbitos de futuros empleos, emprendimientos o carreras profesionales en el arte.
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Arte hecho por los niños de Realizando Sonhos en Buritizeiro, Brasil. Crédito: Realizando Sonhos
¿Por Qué no Existen Más Escuelas Cerca de Las Fincas de Café?
Hay muchas diferencias entre las zonas urbanas y las regiones rurales donde se realizan las actividades agrícolas, como la producción de café. La educación es un área en la que la diferencia es particularmente evidente. “[En las grandes ciudades de Brasil], tenemos escuelas muy, muy buenas”, explica Patricia Fonseca, directora ejecutiva de Instituto Café Solidário, una organización benéfica que dirige proyectos sociales. Es parte del Grupo Montesanto Tavares, la empresa matriz de Ally Coffee.
“En muchos sentidos, Brasil es muy diferente de otros orígenes latinoamericanos que producen café debido a su tamaño, historia y paisaje”, observa Rachel Northrop, directora de contenidos para Ally Coffee. “En otros sentidos, los retos que afronta su sector agrícola son similares a las dificultades en las zonas rurales de todo el mundo: pobreza, abuso de drogas y acceso limitado a la educación. Si se observan solo esos desafíos universales, lo que hace diferente al Instituto Café Solidário/Realizando Sonhos de otros proyectos sociales en comunidades productoras apoyados por la industria del café es su enfoque en las artes”.
Fonseca compara las áreas urbanas con Buritizeiro, una ciudad rodeada de grandes cafetales, en el norte de Minas Gerais, Brasil. Minas Gerais produce el 50% del café brasileño, o un sexto de lo que se consume a nivel global. “En este lugar”, dice, “los docentes no están muy calificados y tratan de hacer todo lo posible, pero no es suficiente”.
Además, las economías rurales son a menudo más débiles que las economías urbanas y ofrecen menos posibilidades de movilidad social. Esto ayuda a explicar por qué la agricultura es la fuente principal de empleos para los jóvenes de las zonas rurales en todo el mundo. Patricia ve esto con los padres de los niños en Buritizeiro. “Los padres, algunos de ellos trabajan en las fincas alrededor de la ciudad…”, dice ella. “No solamente las fincas de café, [sino también las fincas] de caña de azúcar”.
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Mosaico creado por los niños en Realizando Sonhos. Crédito: Realizando Sonhos
La Tasa de Delincuencia Disminuye la Asistencia Escolar y Las Oportunidades
Además de la enseñanza de baja calidad, las escuelas rurales suelen tener un índice de asistencia más bajo. No solamente se necesitan con frecuencia los niños mayores en la finca, sino que llegar a la escuela puede ser difícil. El transporte público suele ser relativamente caro.
En Minas Gerais, Brasil, la falta de oportunidades socioeconómicas aumenta la incidencia de violencia relacionada con las drogas. Patricia me cuenta que, “[el mes pasado, un] niño que estaba en nuestro proyecto estaba muy triste. Muy triste. Le preguntamos ‘¿qué sucedió?’ y él nos dijo: ‘Los narcotraficantes mataron a mi hermano’”.
Desafortunadamente, el hermano mayor era demasiado grande para ingresar en el proyecto del Instituto Café Solidário en el área. Patricia me dice: “Sienten que no tienen un futuro fuera del tráfico [de drogas], algunos de ellos”. Los programas artísticos, con su enfoque inherente en la maestría y la fijación de metas necesarias para prepararse para una actuación y presentación, ofrecen alternativas activas a la violencia del comercio de drogas.
El Insiituto Café Solidário dirige Realizando Sonhos, un centro educativo para 154 niños de bajos recursos en Buritizeiro. Los niños reciben comidas regularmente y pasan al menos ocho horas al día en proyectos culturales. Patricia dice que mantenerlos en un sistema educativo seguro significa que probablemente pasen menos tiempo en las calles y se dejen involucrar en el tráfico ilegal de drogas.
Parte del desafío surge del hecho de que el sistema de escuelas públicas en Brasil enseña a los niños durante la mitad del día, ya sea en la mañana o en la tarde. “Es por eso que somos tan necesarios”, me dice Patricia. “Si tuviéramos [una escuela] de jornada completa, sería más fácil mantenerlos a salvo”.

Los niños creando obras de arte en Realizando Sonhos. Crédito: Realizando Sonhos
La Educación Artística Crea Oportunidades
La educación puede empoderar a los jóvenes al ofrecerles la posibilidad de elegir: la elección de trabajar en los cafetales, en otros agronegocios u otros negocios completamente diferentes.
“Ahora no sé qué están pensando [los niños de Realizando Sonhos] sobre su futuro”, me cuenta Patricia. “Pero estoy tratando de darles el camino para elegir lo que quieren…Estamos haciendo este nuevo programa que les enseña matemática, matemática financiera, mucho portugués, porque [tienen] una muy mala [competencia] lingüística”.
Además, destaca que quiere que tengan la posibilidad de trabajar en profesiones especializadas. “No quiero que trabajen en el campo”, dice. “Quiero que [operen] maquinarias del campo, estén en oficinas, en el mejor lugar que puedan alcanzar”.
Rachel, quien trabajaba como docente antes de ingresar en la industria del café, también observa que, “tanto las artes plásticas como la actuación ayudan a las personas jóvenes a adquirir confianza e imaginar un mundo mejor que su situación actual. La logística del programa (las comidas, las clases, los docentes, los materiales, el establecimiento) ofrece un espacio seguro en el que se puede desarrollar esa confianza y visión hacia el futuro. La seguridad física, junto con la fe de que las cosas pueden cambiar, es el poder inestimable de un programa artístico en un ambiente rural”.
La evidencia del empoderamiento de la juventud rural mediante los programas artísticos va más allá de Brasil. En 2006, el gobierno de Ecuador lanzó Buen Vivir, un programa patrocinado por el gobierno, que usaba las artes circenses como una intervención sociocultural para promover la inclusión, la confianza y la expresión creativa en las comunidades vulnerables. Varios estudios señalan los beneficios de estas intervenciones en la formación del carácter, junto con una mayor cohesión en las comunidades que se ven afectadas por el abuso de drogas.
Este enfoque también fue adoptado por Realizando Sonhos. “Creo que el arte, es un enorme desarrollo de las mentes [de las personas]”, me dice Patricia. “Quiero mostrarles el mundo. Pongo muchas cosas dentro de sus cabezas, les muestro que su mundo es grande, que pueden hacer lo que deseen”.
En Realizando Sonhos, los niños se expresan a través de talleres, desde pintura y bordado hasta capoeira y teatro. “Hemos estado viendo que muchos niños se revelaron como muy buenos artistas”, dice Patricia.
Algunos de ellos también han desarrollado carreras como músicos profesionales, un resultado poco común para niños de comunidades cafetaleras.
Los talleres culturales también apoyan a los niños, ya que adquieren habilidades más técnicas en la escuela. “Si conoces la música muy bien”, sugiere Patricia, “te ayuda con la matemática”.

Una obra de mosaico casi terminada, que fue creada por los niños en Realizando Sonhos. Crédito: Realizando Sonhos
Muchos padres aspiran a ofrecer a sus hijos mejores oportunidades de las que tuvieron para sí. El acceso a la educación y las artes es justo parte de esto, pero es una parte que puede beneficiar a toda la comunidad.
Los jóvenes con acceso a una buena educación pueden aprender a hacer trabajos técnicos o de consultoría en las fincas, desde la labor con máquinas innovadoras hasta el mercadeo eficaz del café de la finca y la negociación de mejores precios. Como alternativa, podrían elegir trabajar fuera de la finca, en lo que suelen ser trabajos mejor pagados, y contribuir a una economía sólida y variada. Pueden apoyar a sus familias y, a su vez, a sus hijos para acceder una mejor educación y mejores empleos.
El apoyo social a los jóvenes en comunidades que cultivan café puede requerir mucho tiempo, pero los resultados son evidentes en el talento, la creatividad, la determinación, el ingenio y la felicidad que muestran tanto los estudiantes que participan como toda la comunidad. Solo en 2019, los jóvenes de Buritizeiro realizaron conciertos teatrales, enviaron a una banda al desfile de carnaval de Belo Horizonte, instalaron esculturas y mosaicos, y celebraron festivales culturales en donde los jóvenes participantes crearon el arte, el vestuario, la música y el baile. El valor que ofrecen estos programas es tangible y dura toda la vida, o más.
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Escrito por James Harper.
Traducido por Laura Fornero. Traducción editada por María José Parra.
Ten en cuenta: este artículo ha sido patrocinado por Ally Coffee.
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