¿Cómo ha Cambiado la Industria Del Café en Colombia?
¿Existe alguna marca de café tan conocida como Juan Valdéz? Juan Valdez ni siquiera es real, se trata simplemente de un personaje de ficción, ideado por el equipo de mercadeo de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia en la década de 1950.
Pero en el pasado, el café fue un cultivo de procedencia extranjera que colonizó el suelo colombiano.
Varios siglos de adaptación, innovación y respeto por el medio ambiente han constituido la producción de café de este país, desde el manejo de plagas hasta la industria del café especial. Sigue leyendo para descubrir cómo y lo que esto significa para el futuro.
Read this in English Exploring Origins: Colombia’s Changing Coffee Industry
Capullos de flor de café en Colombia. Crédito: Café Nakua
Presentando el Café de Colombia
Aunque Juan Valdez se haya inventado en los años cincuenta, en pleno apogeo de la segunda ola, también proclamó muchos elementos del café de especialidad. Por ejemplo, el enfoque en el origen, en el viaje de la semilla a la taza y en los métodos de producción: todo esto se presentó por primera vez en los comerciales de televisión de los que era protagonista Juan y sus cultivos.
Además, el concepto de que el café no sabe simplemente a café, de hecho, es fruto de la afirmación de Colombia, en la que aseguraba producir el café más “rico”. Estas fueron las semillas de la idea de que los diferentes cafés en realidad tienen un sabor distinto.
Para finales de la década de 1970, la industria del café había comenzado a prestarle atención a esto. Colombia se había convertido en un líder global en mercadeo y educación. Y esto sucedió solo 230 años después de que el café apareciera por primera vez en el país sudamericano.
Juan Valdez es famoso en todo el mundo. Crédito: distilleria
Cuando el Café Era un Cultivo Extranjero
El sacerdote misionero José Gumilla fue testigo de la llegada del café a Colombia por primera vez, en 1741. Escribió sobre cómo sembrar la planta en su libro El Orinoco ilustrado y defendido, cuando esta se introdujo en América del Sur.
Pero en aquella época, Colombia no se llamaba Colombia: era el Virreinato de Nueva Granada (lo que actualmente se conoce como Panamá, Ecuador, Colombia y Venezuela) durante el imperio español. Además, Gumilla era jesuita, lo cual enfatizaba la relación entre la colonización española y el Arabica.
El café se introdujo en las Américas a través de las colonias francesas, como Santo Domingo (actualmente Haití). Desde allí, emprendió su viaje hacia Colombia gracias a Gumilla, quien era un sacerdote jesuita con la misión de expandir el imperio español. Puede ser que el café sea un símbolo de Colombia, pero en Colombia el café es símbolo de la colonización.
Y esto es importante. A medida que rastreamos la expansión de la lengua y las religiones de los colonizadores, podemos ver el desarrollo de los cultivos de café en las Américas. Podemos ver cómo se formaron las regiones al interior de los países productores, como Tolima y el Eje Cafetero.
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Cultivo de café en Cundinamarca. Crédito: La Palma y el Tucán
La Colonización y Las Regiones Cafetaleras de Colombia en la Actualidad
Aunque el café llegó en 1741, le tomó casi más de un siglo convertirse en un cultivo destinado al mercado comercial, en lugar de ser solo para consumo personal. Le llevó aún más tiempo expandirse.
El primer registro de café cultivado para el mercado comercial en Colombia se remonta a 1835, y para 1840 se cultivaba en la región de Santander, procedente de la actual Venezuela. En su libro El Café en Colombia, Marco Palacios afirma que el café reemplazó lentamente “una economía agraria basada en haciendas esclavistas medianas que producían cacao”.
En 1870, el cultivo comenzó a llegar a Cundinamarca y Tolima, regiones del suroeste de Colombia. Esta fue la primera ruta cafetalera en una nación que intentaba surgir a mediados del siglo XIX, y explica por qué los cultivos de café más antiguos del país se encuentran en la Cordillera Oriental de los Andes colombianos.
En la actualidad, Tolima es una de las regiones cafetaleras mejor conocidas de Colombia, tanto entre los consumidores de la tercera ola como de la segunda ola. A pesar de que se encuentra junto a Cundinamarca, las dos regiones son conocidas por sus cafés con perfiles distintos: los de Tolima tienden a ser más complejos, mientras que los de Cundinamarca suelen tener más cuerpo. Pero, al igual que en todas las regiones, existen excepciones a esta regla.
Tiempo después, el café llegó a la Cordillera Central y se formó el Eje Cafetero. Esta región es tanto la más famosa de Colombia, como el lugar de origen de Juan Valdez. La colonización antioqueña llevó el café a esta zona, cuando las familias de Antioquia se desplazaron hacia el sur en búsqueda de nuevas tierras y riqueza, trayendo consigo las prácticas agrícolas que heredaron; las cuales constituyeron la manera en que aún se cultiva el café.
En lo alto de las montañas de Junín, Cundinamarca. Crédito: Herbert Peñaloza via 575 Café
Prácticas Agrícolas Heredadas
Colombia no tiene espacio ni el paisaje para la agricultura industrial a gran escala, como podrías ver en Brasil. Los productores colombianos pueden aumentar sus ganancias gracias a la calidad, no a la cantidad.
En las regiones cafetaleras más antiguas del país, algunas prácticas agrícolas aún se transmiten de una generación a otra. El café de especialidad es una práctica relativamente nueva y en algunos casos, lo produce la tercera o cuarta generación.
Para algunas familias, la transición al café de especialidad ha sido fácil, gracias a su gran conocimiento del clima y de los Andes colombianos. La producción y el procesamiento del café especial es una mezcla de innovaciones técnicas y la preservación de la cultura tradicional.
Las camas elevadas pueden ser un concepto nuevo importado desde África, pero la agroforestería se ha implementado desde hace varias generaciones. El conocimiento de la importancia vital de los árboles, animales silvestres, insectos y microorganismos es herencia de los antiguos agricultores. Sabemos que cultivar café bajo la sombra de los árboles de plátano, naranja y mandarina crea las condiciones ideales para el crecimiento de cerezas de alta calidad.
Pero aun así, están apareciendo nuevos retos.
En Colombia, tradicionalmente se siembran árboles de plátano junto con el café. Crédito: Proyecto Cocuyo.
Desafíos Modernos, Métodos de Cultivo Tradicionales
El cambio climático se ha convertido en un nuevo riesgo para la agricultura. Las plagas y enfermedades como la roya y la broca siempre han existido y prosperado en condiciones climáticas nuevas. Las plagas están apareciendo lentamente, cada vez a altitudes más elevadas, que es donde a menudo crece el café mejor y más vulnerable, a medida que aumenta las temperatura.
Tanto los caficultores grandes como pequeños están en riesgo. A veces, los métodos tradicionales pueden ayudar, pues fomentan la biodiversidad y brindan protección. También son necesarias las innovaciones modernas, como las trampas para la broca económicas.
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La biodiversidad contribuye a un cultivo saludable. Crédito: Proyecto Cocuyo
¿Qué Significa el Café Para Colombia?
Es importante recordar que son las manos humanas las se encargan de plantar los cultivos de café. El café colombiano describe la vida y el origen de su gente. La colonización humana que se abrió camino en medio de un territorio inexplorado también fue una colonización agrícola.
Con el pasar del tiempo, el papel del café en Colombia ha cambiado: pasó de ser un cultivo que colonizó el territorio para convertirse en líder global y luego, a ser más complejo, pues los caficultores luchan para enfrentar nuevos desafíos combinando métodos antiguos y modernos; y cada vez más productores cultivan café especial, algo que fue proclamado por Juan Valdez pero que sigue siendo una tendencia moderna.
Tendremos que ver cómo cambia la posición del país en la industria global del café, a medida que responde a estos nuevos desafíos. Pero una cosa es cierta: el café siempre estará profundamente vinculado a la historia de Colombia. La introducción de esta planta especial ha dado forma a la tierra, la población y la economía del país. Y su importancia se ha hecho evidente gracias al respeto que se guarda por el café en la cultura colombiana.
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Agradecimientos a David Ayala por revisar los primeros borradores.
PDG Español
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