¿Quieres preparar un café turco perfecto? Pues estás en el lugar correcto. Estoy aquí para decirte exactamente lo que necesitas para preparar esa bebida deliciosa, tradicional y de gran cuerpo.

Hay dos aspectos que debes tener en cuenta para hacer un café turco sublime. El primero es la técnica y, la segunda es la pasión.

Read this in English How to Make The Perfect Cup of Turkish Coffee

Pasión por el Café Turco

Cuando tenía 15 años, pensé que solo saber hacer café era suficiente, pero estaba equivocado. A esa edad, después de haber pasado 3 años preparando café, visité un mercado de pulgas con mi abuela. Conocimos un anciano que en el momento tenía un cigarrillo colgando de sus labios arrugados, pero se le sentía su amor por el café. Él me regaló un cezve hecho a mano (se pronuncia jezveh, también conocido como ibrik o briki) y una cuchara dosificadora de plata.

Más tarde ese día, mi abuela me dio otro cezve que había sido heredado por la abuela de su abuela. Sin embargo, a pesar de lo hermosos que eran estos cezves, el mayor regalo que me dieron fue la capacidad de despertar a las maravillas de esta bebida.

Cuando sientes pasión por el café turco, cuando quieres beber más de este en vez de otra cosa, cuando quieres aprender más sobre él, entonces, puedes preparar una bebida perfecta.

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Algunos de mis cezves favoritos. Crédito: Jan Strandstrom

Y desde ese día, creció en mí esa pasión. Como estudiante de universidad en Serbia, el café era mucho más importante para mí que el dinero o ropa nueva; era el único elemento del que no podría prescindir. De hecho, gracias a que una amiga de la abuela Roma me enseñó a leer la suerte de las personas en mi adolescencia, empecé a leer la fortuna en el café a cambio de bolsas de este.

Espero que te sientas apasionado por el café turco. Pero si no es así aun, igual puedes usar  la técnica perfecta y vas a tener una buena bebida.

El café turco debe consumirse con el meñique extendido. Crédito: Jan Strandstrom

Café Turco: La Técnica

Primero, debes tener el café molido. La molienda debe ser muy fina, similar a polvos de talco. Si tienes algún problema para conseguir un molino que tenga este nivel de molienda, te recomiendo comprar un molino manual turco. Créeme, vale la pena.

¿Molino manual antiguo? No importa. Crédito: Jan Strandstrom

Ahora estamos listos para comenzar a preparar el café. Usa una taza de esspreso para medir y vierte 3 o 4 tazas de agua fría en el cezve. (Si no tienes una tienda turca cerca a ti,  puedes buscar el cezve en línea; eBay normalmente tiene algunos.) Luego, recomiendo agregar 3 o 4 cucharaditas planas de azúcar, pero no mezcles.

Pon el cezve en la estufa. A medida que el agua se calienta, el azúcar (si la agregaste) comenzará a caramelizarse; esto hará que el café sea más dulce, más completo y más delicioso.

Cuando hierva el agua, retíralo de la estufa y agrega 4 cucharaditas llenas de café, y mezcla muy bien.

Preparar la taza perfecta requiere un poco de concentración. Crédito: Jan Strandstrom

Ahora vuelve a poner el café en la estufa y concéntrate en él. La mezcla va a subir; tan pronto como la bebida hierva y alcance la parte superior del cezve, retírala rápidamente del fuego y déjala reposar. Una vez retirada, aprovecha esta oportunidad para remover la superficie con una cuchara pequeña, solo para deshacer las burbujas más grandes. Luego de forma inmediata, ponla nuevamente al fuego. Repite esto dos veces más.

Después de que hierva por tercera vez, puedes servirlo. Retira el cezve del fuego y deja reposar la bebida durante 30 segundos. Con una cucharita, retira un poco de espuma de la parte superior de la infusión y ponla en cada una de las tazas de espresso. Luego, vierte el café en cada taza hasta que esté a unos 5 mm de distancia de la parte superior. Deja que se asiente por un minuto.

¡Y voilá! Has preparado un café turco.

Ahora es tiempo de disfrutarlo. Si lo preparaste sin azúcar, te recomiendo comer un bocado de delicias turcas (o cualquier otra cosa que sea muy dulce) antes de que des el primer sorbo.

¡Boom! ¿Qué tan bien se ve? Crédito: Jan Strandstrom

Mi abuela solía decir que el secreto para una larga vida, y la cura para cualquier cosa, es darle un bocado a una delicia turca (dulce tradicional gelatinoso) para atraer a todos los gérmenes a tus intestinos, luego dar un sorbo de rakia (aguardiente de ciruela búlgara) para matar a todos los gérmenes, y finalmente tomar un trago de café turco negro para que nadie pueda ver lo que sucedió. Sí, tenemos dichos extraños en nuestra parte del mundo, y sí, el café turco es realmente importante para nosotros.

Sin embargo, aunque el café turco no te cure el resfriado o te permita vivir hasta los 100 años, una taza definitivamente puede cambiarte el día. Y quizás, pueda ser el comienzo de una relación amorosa con la cafeína. Eso espero.

Crédito foto principal: Jan Strandstrom

Traducido por Alejandra M Hernández. Traducción editada por Ricardo Gallopp R.

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